Entradas

Mostrando entradas de enero 2, 2019

Lo que encontré en mi primera Misa, relata Scott Hahn:

Imagen
Allí estaba yo, de incógnito: un ministro protestante de paisano, deslizándome al fondo de una capilla católica para presenciar mi primera Misa. Era un día entre semana, en una iglesia que estaba discretamente en un sótano, “un lugar seguro”, pensé. Quería entender a los primeros cristianos pero no tenía ninguna experiencia de la liturgia. Me prometí que no me arrodillaría ni tomaría parte en ninguna idolatría. Me senté en la penumbra Delante de mí había un buen número de fieles. Me impresionaron sus genuflexiones y su aparente concentración en la oración. Entonces sonó una campana y todos se pusieron de pié. Inseguro de mi mismo, me quedé sentado. Como evangélico calvinista, se me había preparado durante años para creer que la Misa era el mayor sacrilegio que un hombre podía cometer. La Misa, me habían enseñado, era un ritual que pretendía “volver a sacrificar a Jesucristo”.Así que permanecía como mero observador. Sin embargo, a medida que avanzaba la Misa algo me golpeaba