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Mostrando entradas de agosto 7, 2022

Conversación con un taxista rebelde

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  Un lunes, Rebe fue al Hospital de la Salud (SLP, SLP) a pagar una deuda de una consulta, ya que el viernes se le olvidó el dinero. Se fue en camión y regresó en taxi. Ya arriba del coche, le propuso al taxista rezar el Rosario pero dijo que eso no iba con él, que él sólo rezaba tres Padrenuestros en la mañana. Al rato pasó una chica y les dio propaganda de un cabaret de mala fama. Rebe le dijo: “Hay que rezar un Padrenuestro por esa chica”. El taxista respondió: “¡Ah no! ¡Con lo que tengo yo que rezar por lo mío”. Rebe le dijo: “Usted reza por lo que quiera y yo por esa chica”. Luego sugirió Rebe: “Vamos a rezar por Peña Nieto, para que se convierta…, ahora por AMLO, ahora por el Papa, por los sacerdotes, por el que más lo necesite, por los niños de la calle, por los enfermos, por los deseperados, por su familia y por la mía…”. Y así rezamos sin parar Padres nuestros y Avemarías hasta llegar a nuestro destino. Al llegar comentó: “Si le contara lo que traigo, pero no tiene tiempo”. Lu

Me subí en un taxi...

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  En San Luis Potosí, en agosto de 2022 vino por mí un taxi, y en la conversación le pregunté si iba a Misa los domingos, me dijo que no podía pues tenía tres hijos universitarios a quien mantener. Luego me contó que un día, necesitaba urgentemente una llanta para su taxi y $600 pesos, y se lo dijo a Dios. Al rato pasó una camioneta, se le cayó la llanta de repuesto, se siguió, y él tomó la llanta, la llevó adonde las venden para pedir la que él necesitaba, el vendedor le dio la llanta nueva que necesitaba y $600 que le restaban. Él quedó asombrado y contento. Otro día, se dio cuenta de que necesitaba una pijama de invierno, y la pidió a Dios; a los pocos días, abrió la cajuela y encontró una bolsa que contenía una pijama, unas calcetas de invierno y unas pantuflas. Le dio las gracias al Cielo. Pasado el tiempo, se subió a su coche una mujer y le entregó una hoja protestante. Él le dijo: “Y yo le doy un Rosario”, ella dijo que no, así que él tampoco aceptó la hoja. Luego ella le dijo: