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Mostrando entradas de enero 24, 2019

Sentido del dolor

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“Me preguntas porqué compro arroz y flores. Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir”, escribía Confucio. Necesitamos cosas bellas a nuestro alrededor, pero la vida también trae sufrimientos. Clives S. Lewis reflexionó sobre el dolor y concluyó que Dios nos habla por medio de la conciencia y nos grita por medio de nuestros dolores: los usa como megáfono para despertar a un mundo de sordos. Los seres humanos queremos ser felices a toda costa. Y lo seremos –por la eternidad- si somos fieles al plan de Dios. De grandes males, Dios saca grandes bienes. La única razón por la que Dios permite el mal, dice Santo Tomás, es para sacar de allí un mayor bien. ¡Claro! Eso no se percibe fácilmente si no se habla con Dios mentalmente. San Agustín rezaba así: “Graba, Señor, tus llagas en mi corazón, para que me sirvan de libro donde pueda leer tu dolor y tu amor; tu dolor, para soportar por ti toda suerte de dolores; tu amor, para menospreciar por el tuyo todos los d

Momentos de Prueba

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El hombre es desdichado porque no sabe que es feliz. San Agustín escribió: “Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza, porque nos predispone al pecado”.   Efectivamente, la tristeza origina faltas de caridad, despierta el afán de compensaciones y permite, con frecuencia, que el alma no luche con prontitud ante las tentaciones. “La tristeza mueve a la ira y al enojo”, dice San Gregorio Magno ( Moralia 1,31,31). ¿Por qué la vanidad es tan terrible? San Bernardo asegura que la vanidad derriba de lo más alto a lo más bajo, y la humildad levanta de lo más bajo a lo más alto”... Por eso, e n su libro La autoestima del cristiano, Michel Esparza dice: “A la larga, el orgullo siempre resulta ser el peor de los vicios y la humildad la más importante de las virtudes” (p. 28). El orgullo es un problema universal que no se resuelve mientras cada uno de nosotros no reconozca que está personalmente implicado en el asunto.”Si alguien quiere adquirir la humildad –afirma C.S. L