Domingo de Ramos.
Inicia la Semana Santa. El
Domingo de Ramos es una síntesis de lo que va a suceder en la Semana Mayor. Son
días en que la misericordia de Dios se hace accesible a los hombres. Este
Domingo resume la Pasión
y Muerte de Cristo, y su Resurrección. Los ramos y las palmas tienen un sentido
festivo. En este día, la
Iglesia recuerda la entrada de Cristo en Jerusalén para
consumar su sacrificio.
El Triduo
Pascual lo forman la Misa
de la Cena del
Señor, los Oficios del Viernes Santo y la Vigilia Pascual.
Jueves Santo.
El
Jueves Santo se conmemora la Última Cena Pascual del Señor con los Apóstoles.
Les dijo: “Ardientemente he deseado comer este cordero, celebrar esta Pascua
con vosotros antes de mi Pasión”. (Lucas 22, 15). Aquella noche Jesucristo
instituyó la Eucaristía.
(I. Corintios 11, 23-25). El Señor instituyó además el Sacramento del
sacerdocio y confirió a los apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar
los pecados. También indicó el mandamiento fundamental de amar en esta Cena (I
Juan 4,20-21 y Juan 25,12). Esta noche lava los pies a sus discípulos. Entre
los hebreos, sólo los hijos lavaban los pies a sus padres, o los siervos a sus
señores.
Los
Oficios nacieron en Jerusalén, desde los primeros siglos y de ahí se extendieron a los demás países. Desde muy
antiguo, el Romano Pontífice sigue el rito del lavado de pies durante la Misa in Cena Domini. Al principio, los Papas
hacían este servicio a doce pobres. Actualmente las leyes litúrgicas no indican
un número determinado de personas para el lavatorio de los pies.
En el Monumento se realiza la reserva de las
Sagradas Formas para la
Comunión de los Oficios del Viernes Santo; se adora
solemnemente la Eucaristía
y se representa la Sepultura
del Señor.
Terminada
la ceremonia, privadamente, se procede a la denudación del altar, que indica la
momentánea suspensión del Santo Sacrificio y el expolio –el despojo- de Jesús
cuyos verdugos se repartieron sus vestidos. Esta desnudez del altar nos habla
del desprendimiento.
Viernes Santo
Día de
dolor, desagravio, expiación, y también de agradecimiento.
Nuestro
Señor fue llevado a la presencia del Procurador Romano con el fin de obtener la
sentencia de muerte. Luego viene la flagelación y la coronación de espinas. No
podemos imaginar la intensidad de esos sufrimientos de Cristo. Su capacidad de
sufrir es mayor que la de cualquier criatura, por ser perfecto hombre. Quería
padecer, quería librarnos de mi pecado “Sufrió voluntariamente de modo
proporcionado a la grandeza del fruto que iba a conseguirnos” (Cfr. Suma Teológica
III, q. 46 a
6 c.).
Contemplar la Pasión.
Según
una antiquísima tradición, la
Iglesia no celebra la Santa Misa ni en este día ni en el siguiente como
expresión de dolor y luto. El Viernes Santo conmemora la Pasión del Señor y por eso
los Oficios o la ceremonia tienen lugar por la tarde. Consta de tres partes: Liturgia de la Palabra, Adoración de la Cruz, y Comunión.
1. Liturgia de la Palabra
Los
oficiantes se postran y oran humildemente con el rostro en tierra, en recuerdo
de la oración del Señor en Getsemaní. Se lee un pasaje del Libro de Isaías (No
hay en el parecer…Isaías LIII, 3ss) y luego se lee la Pasión según San Juan que
fue el único Apóstol que estuvo con la Virgen al pie de la Cruz.
2. Adoración de la Santa Cruz
Este
rito comenzó en Jerusalén inmediatamente después que Santa Elena encontrara la Cruz. Gracias a la
narración de la peregrina Eteria, sabemos que los cristianos de Tierra Santa se
reunían a las siete de la mañana del Viernes Santo, en la Iglesia de la Santa Cruz y todo el
pueblo pasaba para “venerar la reliquia, besándola y apoyando en ella la frente
y los ojos”. Actualmente la Cruz
de Madera, se cubre con un velo morado. Al descubrirse la imagen del
Crucificado, se manifiesta su triunfo glorioso. El celebrante descubre la Cruz tres veces. Es una
especie de reparación que hacemos al Señor.
3. Sagrada Comunión
Después
de la adoración de la Cruz
se coloca un mantel que simboliza la
Sabana que José de Arimatea y Nicodemo llevaron para envolver
el Cuerpo de Cristo. Se distribuye la Santa Comunión y se vuelve a quitar el mantel.
Cuenta una tradición que mientras el cuerpo de Cristo reposaba en el sepulcro, la Virgen recorrió las
estaciones de la Vía
Dolorosa, deteniéndose en cada una para recordar los sucesos
allí ocurridos y rezar por sus hijos, los cristianos de todos los tiempos.
Después, mientras vivió en Jerusalén, repitió esta práctica, y de Ella
aprendieron los primeros fieles.
Sábado Santo.
La
Iglesia siente la necesidad de adelantar la conmemoración de la Resurrección del
Señor y celebra la
Vigilia Pascual en la noche del Sábado Santo (Lucas 23,50-52
y Juan 19,38-42).
VIGILIA
PASCUAL EN LA NOCHE
SANTA. Antes de salir de Egipto, cada familia inmoló un
cordero pascual, sin mancha, de un año (Cfr. Exodo 12,14). Eran figuras de lo
que se había de realizar en Cristo. La Sangre del Verbo nos libera del demonio y su
Cuerpo es Alimento que da fuerza para llegar a la Tierra Prometida.
Además el Señor ha pasado el Mar Rojo a través de su Pasión y su Muerte, ha
conducido al pueblo de Dios desde la opresión del pecado, hasta la libertad de
la gracia.
La Ceremonia se desarrolla en este orden: 1ª
parte: Breve Lucernario. 2ª parte: Liturgia de la palabra. 3ª parte: Liturgia
bautismal. 4ª parte: Liturgia de la Eucaristía.
Solemne inicio de la Vigilia Pascual o
Lucernario.
Comienza con la bendición del Fuego y la preparación del Cirio Pascual. Sigue
después la procesión con el Cirio; y se concluye en el
Presbiterio, con el anuncio del
Pregón Pascual. En
la Bendición
del fuego todo está apagado (indica cuál es la situación del mundo
antes de la Redención,
es decir, de tinieblas). El nuevo fuego significa la Resurrección y la Redención de Jesucristo.
El cirio es de cera de abejas. La cera, producida de las partes más puras de
las flores simboliza la
Humanidad Santísima de Jesús. El celebrante, sirviéndose de
una estelita, traza una cruz en el cirio mientras dice: “Cristo ayer y hoy,
principio y fin”, después graba en la parte superior la letra alfa y en la
inferior, omega. Entre los brazos de la
Cruz escribe el año en curso, diciendo: “Suyo es el tiempo y
la eternidad. A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén”.
Enciende el Cirio con el Fuego Nuevo. El cirio representa a Cristo Resucitado,
visto como la columna de fuego que guió a los Israelitas por el desierto.
PROCESIÓN
CON EL CIRIO PASCUAL. El celebrante toma el cirio y encabeza la procesión. A la
entrada de la Iglesia
canta: “Luz de Cristo” y todos responden “Demos gracias a Dios”. Así tres
veces, y se encienden las luces. Después de contestar la primera vez, los
fieles encienden sus velas, transmitiendo la llama del Cirio Pascual
(propagación de la salud a partir del Resucitado).
PREGÓN
PASCUAL. Describe el júbilo que provoca la Resurrección.
2.- Liturgia de la Palabra.
Se canta el Gloria
in excelsis Deo mientras se tocan las campanas de la Iglesia. Es la primera
manifestación de alegría de los instrumentos musicales. También se dice el
Alleluya que estaba “sepultado” desde el inicio de la Cuaresma.
3. - Liturgia bautismal.
Se
canta la letanía de los Santos. Letania
(del griego) significa ruego, suplica.
Se
bendice el agua bautismal y se administran los bautismos (sí los hay). Se
renuevan los compromisos bautismales, si no hay bautismo de todos modos se
bendice el agua, para reponerla en las pilas de la Iglesia, pues el agua
bendita se habrá retirado desde el Jueves Santo.
4. Liturgia eucarística. Después de la Liturgia Bautismal
se sigue con la celebración de la
Santa Misa a partir del ofertorio. La Pasión y Muerte de Cristo
Terminan en el triunfo de su Resurrección. Por eso la Pascua es la fiesta más
grande de la Iglesia.
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