El tesoro del tiempo
El tiempo es valioso, el tiempo pasa de prisa. Cada día es una “pequeña vida” que tenemos para llenarla de contenido, de trabajo bien hecho, de buenas obras, de amor. Ahora es el tiempo oportuno de hacer el “tesoro que no envejece”. El presente se llama presente porque es un “regalo”, y es lo que tenemos todos: el tiempo presente. El tiempo es demasiado precioso para pasar la vida tranquilamente; no son tiempos de buscar comodidades. Importa mucho ir en busca de la gracia y del reino de Dios. Todos hemos de llenar una determinada medida. Cada ser humano ha de responder del tiempo que se le dio al nacer. Nadie podrá excusarse alegando que no sabía que hacer con él. San Pablo lo recuerda: “A su tiempo llegará la cosecha si no desfallecemos. No nos cansemos de obrar el bien” (Gal 6,10). El número de los días del hombre están contados. Como una gota de agua en el mar, así son sus años a la luz de la eternidad. Y, además de breve, el final de nuestro tiempo en la tierra es in...