Morí y Jesús me reveló el pecado de orgullo
Tuve una experiencia cercana a la muerte. Yo pensaba que el infierno era sólo para asesinos. Todo ocurrió el 15 de enero de 2019. Entré a la farmacia disgustada por un regaño de mi jefe. Había una fila numerosa, después de unos 10 minutos de pie el cielo comenzó a darme vueltas, todo se volvió negro y caí. Era un vacío absoluto. Ya no podía sentir mi cuerpo. A lo lejos apareció un diminuto punto de luz, blanca, viva, cálida. Vi una figura y sabía quién era. El Señor habló con firmeza, pero con dulzura. Dijo: “Quiero mostrarte algo que tú y otros se han negado a ver”. Era el infierno, un lugar tenebroso. Llamas salían de las grietas. El cielo estaba surcado de humo negro y algo de rojo. El aire olía a azufre y a quemado y cada respiración era como tragar miedo. Me paralizó ver a la gente envuelta en llamas y sus gritos. Algunos estiraban los brazos en alto, queriendo salir. Conocí algunos rostros. Empecé a ver las vidas de estas personas, X se sentí secretamente superior a los...