Ir a los Retiros
De cuando en cuando el Señor se retiraba lejos de la muchedumbre en compañía de sus Apóstoles, como lo relata San Marcos. Venid vosotros solos a un lugar apartado y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, y ni siquiera tenían tiempo para comer. Se marcharon, pues, en la barca a un lugar apartado ellos solos (Mc 6, 31-32). Nos enamora esta solicitud de Cristo por los Apóstoles, y vemos como se reproduce en los retiros esta escena evangélica. Nosotros nos apartamos de la muchedumbre cuando vamos a un retiro. Con esos medios tratamos más al Señor, y tenemos luego más fortaleza para las complicaciones de la vida ordinaria. Desde el principio del Cristianismo, muchos fieles se retiraban a un lugar tranquilo para orar y tratar de mejorar su vida espiritual. Lo enseñó Jesús mismo, con sus cuarenta días de ayuno y oración. Esto es lo que pretendemos con los días de retiro, tanto mensuales como anuales. San Jerónimo daba el siguiente consejo en el siglo IV, a una m