Abandoné el Islam por Jesús, en México
Khalid, un devoto misionero islámico vino a México para propagar su religión. Mi padre era un imán. Para mi el Islam era la única verdad, los kafir , los infieles eran almas vacías, idólatras. Era un honor viajar para mi viajar para la expansión del Islam. Visualizaba a las multitudes que vendrían a mi para salvarse. Al llegar, los colores vivos y la música me parecieron una realidad que me desafiaba. Me instalé en un barrio donde los niños jugaban de noche y las mujeres charlaban. “Esto es un caos”. Llevaba mi traje tradicional. Esperaba rechazo. La gente era amable, me preguntaban sobre mi familia, no sobre mi religión. Eran almas generosas. Un anciano se me acercó y me ofreció la mitad de su torta de tamal . Me negué, pero su generosidad me dejó pensativo. Vi que era fruto de su manera de ser. Vi familias enteras unidas, mucho colorido. El compañerismo me llamaba la atención, no podía negar la felicidad de sus ojos. Empecé a sentir una lucha interna ante los “idólatras”. ...