Crecer espiritualmente
Es necesario que crezcamos espiritualmente, sino viene la inmoralidad. Benedicto XVI escribió: “La familiaridad con el Dios personal y el abandono a su voluntad impiden la degradación del hombre” ( Deus caritas est , n. 37). La oración no consiste sólo en pedir cosas, sino en encontrarnos con Cristo para saber qué quiere de mí. Dios no es un genio a mis órdenes. Podemos decirle: “Señor, dame las condiciones necesarias para cumplir tu querer”. Hay quien se enoja porque Dios no les concede lo que quiere. Dios respeta la libertad mal usada, y esa conducta puede traer consecuencias funestas. Para sanar la tristeza individualista, necesitamos el alimento de la Palabra y de la Eucaristía. ¿Cuántas veces a la semana abres la Biblia? Una religión buscada a la medida de cada uno, no ayuda. Es cómoda, pero en el momento de la crisis, nos abandona a nuestra suerte. Se alza una ola de sensualidad que invade las costumbres, las leyes, las modas, los medios de comunicación social, las exp...