Atados a fantasmas del pasado
Estamos atados a un pasado que, la mayoría de las veces es sólo una invención para justificar nuestro temor al cambio . Los fantasmas no siempre se ven de forma clara de allí que se les llame “fantasmas”. No existen en el presente, pero influyen en él. Amamos nuestro pasado y somos reacios a dejarlo atrás ya que es lo que sostiene nuestro ego. Cuando nos encaramos con nuestro pasado podemos descubrir que no fuimos la víctima sino el verdugo. Una amiga me contaba que durante 14 años le echaba la culpa a su suegra de lo que no iba bien en su matrimonio, hasta que por fin tuvo una luz especial, y se dio cuenta de que la culpa era de ella y no de su suegra. Y estaba feliz de haber descubierto un “fantasma” que la hacía infeliz. Otras veces tenemos prejuicios contra una o más personas, y luego descubrimos que eran “fantasmas” que nos alejaban y no ayudaban a que reconociéramos el valor de esas personas. Había un muchacho que tenía 30 años, era un poco solitario y triste. A trav...