Hablar con Dios
Le preguntaron a un hombre: - ¿Qué ganas al hacer oración? - Nada…, pero déjame decirte lo que he perdido: la inseguridad, la ira, el egoísmo exagerado, la depresión y el miedo a la muerte. Dios creó al hombre para que disfrutara de íntima unión con Dios, por eso lo hizo a su imagen y semejanza. Pero Adán desobedeció el mandato de Dios, y ese pecado afectó al cuerpo con la muerte, al alma con el descontrol o desorden de las pasiones y al espíritu con la posible muerte segunda La gente dice: “Dios no me oye”. Habría que contestarle: -Y tú, ¿oyes a Dios? Le preguntan a María Simma, -campesina alemana recién fallecida- experta en el purgatorio: —Si yo no rezo y hoy deseo hacerlo, ¿qué me aconsejaría? Contesta: —Apague la televisión, desconecte el teléfono, vaya a su habitación y cierre la puerta. Busque una fotografía de Jesús o un Crucifijo y predisponga su atención en esa dirección...