Castidad

La ley es buena, no es represiva del bien sólo del mal, Dios es el autor de la ley y del orden. Nos da la ley por amor a nosotros, para nuestra instrucción, protección y disciplina. Los antiguos griegos veían que toda la educación de los jóvenes radicaba en la templanza y la fortaleza. La ley ayuda a adquirir esas dos virtudes. Dios es absolutamente santo y absolutamente amoroso, e inflexiblemente justo e inflexiblemente misericordioso (Peter Kreeft). La ley expresa la voluntad de Dios por tanto es el pegamento que nos une a Dios. ¿Cuál Ley? Los Diez Mandamientos. Es a Dios a quien amamos a través de la ley. Ante nosotros se abren dos caminos, el camino de la obediencia a Dios y el camino de la desobediencia. Estos dos caminos conducen a dos destinos diferentes. La obediencia lleva a heredar las promesas de Dios; la desobediencia, -el hacer la propia voluntad en contra de la Voluntad divina- lleva al mayor fracaso: a la segunda muerte. Permaneciendo en lo alto, en el árbol de manzanas ...