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Mostrando entradas de octubre 5, 2024

Breve historia de la Madre Teresa y Hilary Clinton

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  Todo comenzó en 1994 ,   cuando el presidente Bill Clinton invitó a la Madre Teresa al Desayuno Nacional de Oración (National Prayer Breakfast) , que es una gran reunión ecuménica que se celebra cada año. Ahora bien, la Madre Teresa no era tonta, y probablemente se preguntaba si estaban tratando de usarla para ganar puntos políticos. Pero ella accedió a venir y hablar con ellos y con la nación. En lugar de elegir hablar sobre un tema de interés general, o un tema en el que compartían puntos en común, la madre habló sobre el mal del aborto, para gran sorpresa de los Clinton. Uno de los periodistas que informó sobre el evento señaló que: " Comenzó hablando de Jesús y Juan el Bautista en sus vientres, de sus madres, María e Isabel, y de cómo el "niño no nacido" en el vientre de Isabel, Juan el Bautista, saltó de alegría al sentir la presencia de Cristo en la habitación cuando María entró para hablar con Isabel. Luego habló del amor, del egoísmo, de la falta de amor por

Reflexión de una mujer de la tercera edad

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  En algún momento de nuestras vidas perdemos la guerra contra el tiempo. Nuestra juventud se nos escapa del cuerpo y la gravedad fuerte y descarada se toma todo aquello que cuidadosamente nos hemos esforzado por mantener en su lugar. Ya no hay cremas ni pomadas que borren las marcas de tantas risas, penas, trasnochadas y enojos de nuestro semblante. Tomamos vitaminas, colágeno, limón, jengibre, vinagre de manzana, miel y omega tres y cuanta fórmula se nos atraviese. Comemos menos para llenarnos de hambre. Sudamos cuando hace frío y el sueño nos desvela. Un día nos damos cuenta que no hay tacón cómodo, que necesitamos zapatos planos, que no vemos sin gafas y las raíces de nuestras canas crecen sin piedad. Que nuestra cintura se va emparejando y nuestras rodillas se van redondeando. Un día, nos cansamos de imitar en el espejo, a aquella joven que fuimos. Nos miramos de frente, sin luz cálida ni sombras y por fin aceptamos que hemos vivido más vida de la que nos queda. ¡Y qué bello q