Dar la espalda a Dios
El misterio del pecado ¿Qué pasa en el corazón de los niños, de los jóvenes y de los adultos? San Pablo habla de sí mismo: “Sé que lo bueno no habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer está a mi alcance, pero hacer lo bueno, no. Pues no hago lo bueno que deseo, sino que obro lo mal que n o deseo. Y si lo que no deseo es precisamente lo que hago, no soy yo el que lo realiza, sino el pecado que habita en mí” (Rom, 7, 18-20). Hablar del pecado no está de moda; sin embargo, es preciso que lo consideremos. Habitualmente lo relacionamos con la transgresión de las normas morales. Esa es su parte visible; pero su realidad y su influencia están a un nivel más profundo, allí donde se juega nuestra relación con Dios y el cumplimiento de nuestra vocación. La realidad del pecado es un misterio que debemos considerar. La realidad del pecado El hombre puede hacerse la ilusión de que se basta a sí mismo y de que puede vivir al margen de Dios. Más aún, puede pensar que su r...