Confianza
De regreso de una gestión, el conductor del taxi me contó que tenía una novia alcohólica, él la amaba de verdad, y un día ella le dijo: “Lo peor que me ha pasado en la vida ha sido conocerte”. Y lo dejó. Se puso triste. Él no era alcohólico pero se le ocurrió empezar a tomar. Al día siguiente iba muy crudo . En el tablero de su coche tenía el rostro de un Cristo, y notó que ese Cristo se le quedaba viendo, y tuvo una locución en que le dijo: “¿Por qué hasta ahora?”. El chofer le respondió: “Tú no me ayudas”. A lo que Cristo replicó: “En cada tropieza y en cada caída tuya, allí he estado yo. Siempre te acompaño”. El taxista tuvo que estacionarse pues lloró mucho. Comprendió que Dios quería que tuviera más confianza en la providencia divina. No olvidaré nunca a un piloto italiano que se hallaba ocioso en el aeropuerto de Roma, a causa de una erupción del Etna que impidió la salida de su avión, al que pedí consejo. Me habían robado, no tenía ni dinero, ni el billete de avión, ni ...