Sobredosis de comunicación
La gente vive conectada y con sobredosis de comunicación, es decir, una enorme carga informativa o infoxicación. Eso nos distrae de lo principal: nuestra vida espiritual, la contemplación de nuestro señor Jesús. Muchos ciudadanos esperamos con ansias buenas noticias en los medios de comunicación social, y sucede que más bien nos muestran el lado oscuro del ser humano. Los niños tienen ocurrencias geniales que se podrían transmitir, los jóvenes tienen iniciativas de juegos o de deportes: muchos padres de familia hacen esfuerzos admirables para sacar a sus familias adelante. Muchos viciosos cambian de vida. ¡Eso es lo que queremos oír! Y no cosas que oprimen el corazón. Todos podríamos ayudar al ambiente si sólo hablamos bien de los demás y detenemos al que va a hablar mal de los demás. ¿Por qué? Porque lo más importante es la caridad. Si los gobiernos quieren ayudar a que población no se contagie con las más de cincuenta enfermedades de transmisión sexual que existen. El único método se...