A favor de la belleza
La buena música da paz, placer deleite. Estamos a favor de la belleza. Donde se pierde de vista a Dios se empiezan a hacer cosas feas: arte feo, música fea, acciones feas, muñecos feos, juguetes feos, juegos feos… Dos amigos estaban conversando cuando de pronto se abrió la puerta y apareció el hijo de uno de ellos, un chico de doce años, con los ojos llenos de lágrimas, la boca abierta e incapaz de hablar por unos instantes. Su cara transmitía asombro, y alzaba los brazos de un modo que recordaba a los antiguos orantes que con un gesto mudo alcanzaban la trascendencia. - Papá, musitó, ¡he visto la cosa más bella del mundo!… ¡He visto un venado! Se le quedaron viendo y se preguntaron “¿un venado?, ¿qué querrá decir?” Todos hemos visto un venado. Los amigos se miraron uno al otro, y entendieron que quizás, después de todo, nunca habían visto un venado, al menos no del modo como el chico lo percibió. A veces hablamos de cosas que no hemos visto, conocido o amado. El arte tiene