
“Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos”. San Agustín. “El amor satisface por sí solo... es lo único con lo que la criatura puede responderle a su Creador”, dice S. Bernardo ( Sermo 83). Y San Agustín afirma: “Mi amor es lo que me da solidez”. Si quieres amar a Dios pon las mismas reglas de los amores de la tierra. En primer lugar, conocerse, conocerlo, interesarse por su vida en la tierra. Luego, conocer su palabra, su Persona, su corazón. ¿Cuánto pienso en él? Y después de conocerse, tratarse. Estar con él, orar. Y en ese trato empieza la comunicación. Luego el Señor nos hará ver que quiere compartir todo con nosotros. Dios nos manda mensajes con la naturaleza, con la lluvia, con el viento… con otras personas. Así nunca nos sentimos solos ni tristes. En un curso de retiro, Bruno...