Almas encarceladas
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Con frecuencia ubicamos a la gente en categorías como altos y chaparros, ricos y pobres, jóvenes y viejos, buenos y malos, sanos y enfermos, etc. Pero es fácil perder de vista que existen otras categorías que tienen más importancia, en cuanto: libres y prisioneros. Ahora bien, los presos pueden estar recluidos en cárceles donde deberían purgar sus condenas, pero también, existen otros reclusos que llevan sus celdas a todas partes. Son prisioneros de vicios como el alcohol, las drogas, la pornografía, el juego… Otros, en cambio, están confinados dentro de enfermedades mentales. Estamos asomándonos a una realidad tan compleja como terrible. Ese mundo en el que trabajan los psicólogos y psiquiatras tratando de curar, o paliar, los sufrimientos de enfermos y sus familiares. Si para los especialistas es difícil entender y resolver una variadísima gama de enfermedades psíquicas, para quienes no tenemos esa preparación es muy fácil ser injustos al interactuar con neuróticos, psicópatas,