¡Atrévete a decir que sí a la castidad!


María Helena Manrique era solo una niñita cuando jugaba con sus primos “muy inquietos” porque estaban viviendo un despertar a su sexualidad. Un familiar de ella se percató de esto así que esta persona les impartió a todos esos chiquillos unas clases que les ayudó a tener más claro cuál debía ser el comportamiento de cada uno.
Ella narra: “Esta situación marcó mi vida para bien, así que cuando crecí y fui madre, quise que mis hijos también vivieran lo que yo viví y que los amigos de ellos también lo hicieran. Vivir una sexualidad gratificante. Ahora, como educadora, el mensaje que les imparto es: puedes lograrlo aprendiendo a decir “sí”, opto por la abstinencia sexual”, dice María Helena, licenciada en Orientación y Consultoría Familiar.
Y con este mensaje y su propia experiencia (llegó virgen al matrimonio, en el cual ya ha cumplido 20 años de casada) se propuso, desde hace tres años  –oficialmente hace un año con la empresa Orientar– guiar con charlas a chicos entre los  11 y  16 años sobre los beneficios de abstenerse de tener relaciones sexuales y la importancia de regalarle a la pareja “un mapa psicosexual puro”.
Pese a que la virginidad no está precisamente de moda, los testimonios de los chicos que asisten a sus charlas apuntan a seguir esta difícil, pero necesaria meta: “Un adolescente de 17 años me dijo que no le gustaría tener en su mente encuentros sexuales del pasado en la noche de bodas. Esto evitaba que tuviera relaciones antes del matrimonio”.
Virgen... ¡Es posible!
Pero en la actualidad aún persiste entre los adolescentes la necesidad de aventurarse a mantener relaciones sexuales, pues no solo tienen la presión de los amigos, sino que tienen a toda una sociedad cada vez más erotizada que los presiona a “hacerlo”. ¿Cómo lograr entonces que los adolescentes se sientan identificados con este mensaje de abstinencia?
Para ayudar a grupos específicos, Orientar divide en tres categorías a los adolescentes:
1. Los que no han empezado su vida sexual.
2. Los que son activos sexualmente y sienten que no son perjudicados con eso.
3. Y los que son activos sexualmente y se han perjudicado con su conducta: embarazos no deseados, enfermedades venéreas, abortos, vacío existencial y espiritual, entre otros.
Los esfuerzos de los talleres de Orientar se dirigen particularmente al primer grupo porque en ellos se puede sembrar o reforzar los valores impartidos en casa.
Una categoría interesante que forma parte de una propuesta norteamericana consiste en la denominada “segunda virginidad”, en la cual aunque se haya mantenido una relación sexual y si el chico o la chica quieren borrar de sus mentes y sus vidas ese episodio pueden hacerlo y hacerse así mismos una formal promesa de no volver a ceder y abstenerse de intimar hasta el día en que se casen. Una propuesta muy oportuna para nuestros jóvenes.
Preocupación de los padres
El tema de las relaciones sexuales entre adolescentes preocupa hoy más que nunca a los padres, más que hace 10 ó 20 años.
Una encuesta realizada por María Helena Manrique entre 116 mujeres y 100 hombres, comprendidos entre los 16 y 19 años de los 6º cursos de tres colegios de la ciudad de estratos medio y medio alto, así lo revela:
A ellos se les preguntó, entre otras cosas, lo siguiente:

 ¿Les han hecho en casa la propuesta de la virginidad?

¿Han recibido razones para llegar vírgenes al matrimonio?

¿Les han hablado de los beneficios de la abstinencia sexual y  les han explicado sobre la escalera de la pasión? (Este último concepto consiste en saber qué ocurre en una pareja con la intimidad física, y si el chico o la chica se han propuesto la meta de la virginidad, en qué etapa debe  detenerse).
Al 80% de las mujeres se les propuso en sus hogares la meta de la virginidad y al mismo porcentaje les dieron razones para llegar  vírgenes al matrimonio. En cambio, sólo al 50% de los hombres se les propuso la meta de ser vírgenes.
Un cifra que no causa mayor sorpresa considerando que tradicionalmente  a los hombres se les ha dejado avanzar hasta donde “la pelada lo permita”, es decir que las decisiones sobre su sexualidad las toman otros.
“Nuestra propuesta es que los hombres no pueden ser educados como animales de instinto. La actitud correcta es: una vez tomada la meta, sepan que no son menos hombres o que pueden ser considerados homosexuales porque le dicen ‘no’ a una mujer”.
Cuando se llega a la adolescencia con una autoestima firme los chicos serán menos vulnerables de caer en la trampa de  confundir  la intimidad sexual con el amor. De ahí que los padres deben valorar a sus hijos, no por sus logros, sino por lo que son.
“Los chicos y chicas deben tener su meta clara (abstenerse de tener relaciones sexuales), porque si no es así, si  no conocen  los beneficios y los riesgos de una intimidad prematura serán presas fáciles  de caer en una sucesión interminable de encuentros sexuales que los dejará vacíos emocional y espiritualmente”, concluye.


Clive Staples Lewis dice que “los amores humanos son realmente como Dios, pero sólo por semejanza, no por aproximación. Si se confunden estos términos, podemos dar a nuestros amores la adhesión incondicional que le debemos solamente a Dios. Entonces se convierten en dioses: entonces se convierten en demonios. Entonces ellos nos destruirán... Porque los amores  naturales que llegan a convertirse en dioses no siguen siendo amores. Continúan llamándose así, pero de hecho pueden llegar a ser complicadas formas de odio.”

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Quién soy yo?

Semana de oración por la unidad de los cristianos

Plan personal de formación