¿Conoces a este gran inventor?
A los ocho
años y medio Tomás entra a la escuela. Después de estar asistiendo tres meses,
Tomás regresó triste pues el maestro le había dicho que era “estéril e
improductivo”. Nancy, su madre, le dijo que no se desanimara, que poco a poco
iría superando las dificultades.
Un día el
pequeño Tomás Alva Edison regresa de la escuela a su casa, y le entrega a su
madre un papel, a la vez le dice: “Mi maestro me dijo que sólo tú puedes leerlo”.
A su madre se le llenaron los ojos de lágrimas mientras leía, y luego leyó en
voz alta:
“Señora, su hijo es un genio. Esta
escuela es demasiado pequeña para él y no cuenta con los recursos necesarios
para atenderlo. Por favor, encárguese usted personalmente de atenderlo”.
Relata: “Mi
madre siguió al pie de la letra ese consejo”. Cuando murió, muchos años
después, Edison pudo revisar los papeles que dejó y se encontró con el mensaje
del profesor de su escuela, que decía:
“Señora, su hijo es mentalmente
deficiente. Esta escuela no tiene la capacidad de atenderlo. Por favor,
atiéndalo usted misma”.
Empezó a
vender diarios y a hacer lecturas científicas. Un día, tras salvar la vida de
un niño en las vías del tren, en Port Huron, el agradecido padre del niño,
telegrafista de la estación, le enseñó clave morse y telegrafía. A los quince
años obtiene su primer trabajo como telegrafista. Luego creó un instrumento
para el recuento mecánico de votos. Después de varios trabajos, inventa el
fonógrafo. En 1876 establece una “fábrica de inventos”.
Se asocia
con J.P. Morgan para fundar la Edison Electric, después Morgan le quita sus
acciones para fundar la General Electric.
Hizo el
primer sistema de alumbrado con 53 focos. Sus aportaciones al mundo del cine
también fueron importantes. Con el tiempo, Edison patentó más de mil inventos.
Es el inventor más prolífico de la historia.
Unas
palabras positivas pueden cambiar toda una vida. Espera de tu hijo o de tu hija
cosas buenas, ¡ten esperanza en él y responderá!
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