El matrimonio como designio del Cielo
Hay cosas que puede obstaculizar la buena marcha de un
matrimonio, como la falta de comunicación y la ignorancia de qué es el
matrimonio y la sexualidad, pero para empezar el primer consejo sería: saquen
la televisión de su recámara. El televisor aísla, recorta la comunicación.
Uno de los grandes retos de la
familia actual es tratar de comer juntos y tener momentos de conversación. Al
menos se ha de procurar hacer una comida al día juntos, ya que vivimos
bombardeados por trabajos y entretenimientos que puede quitar estos preciosos
momentos del arte de convivir en familia y con los hijos. Hay que planear los
temas de conversación (temas actuales, trabajo, estudio, amistades, historia,
lecturas, deportes, exámenes, etc.) y saber preguntar a cada uno cómo le fue
durante el día e interesarse por los detalles más pequeños. Es patente que muchas personas ven hoy el matrimonio como un modelo más, e incluso la cuestionan como una concepción arcaica, lo que en realidad es el designio de Dios para la unión del hombre y la mujer. La verdad sobre la familia está inscrita en el corazón humano. La paternidad y la maternidad nos dicen quiénes somos, cada uno y cada una. (cfr. Fernando Ocáriz, Carta 4 VI 2017).
Muchos desconocen que es intrínsecamente mala toda acción
que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo
de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio, hacer
imposible la procreación. (Cfr. CEC 2730).
Es imposible creer en la santidad de la vida humana y a la
vez creer en el derecho a la contracepción. Con certeza se ha demostrado que la
mentalidad anticonceptiva siempre conduce al aborto. Un matrimonio que usa
métodos anticonceptivos no naturales no debe acercarse a comulgar.
Hay matrimonios que viven la abstinencia y otros que usan
el método Billings porque tienen un motivo para evitar a los hijos, método que
exige cierta disciplina de parte de los dos.
Lo que se pretende es que la pareja sea feliz y se vea con
amor, y no que uno al otro se vean como cómplices. Es muy importante orar
porque orar es amar.
Afirmar que Dios es
Creador es decir que gobierna este mundo, es decir que está presente en la
Historia. Si nos quedamos en que Dios ha creado un mundo bonito, nos
quedamos en un cuento de hadas. Este mundo no es Disneylandia; hay quienes
aspiran a vivir en Disneylandia, entretenidos. Hay quien sólo piensa en
divertirse, en pasarla bien, y piensan que estamos en el paraíso terrenal. No
estamos para divertirnos. Tenemos un papel en esta historia de pecado. Si
quiero Disneylandia y la vida no es así, vivo en una frustración constante.
El problema de nuestros contemporáneos es que quieren hacer de este mundo
Disneylandia, cuando aquí está pasando algo, estamos llamados a colaborar en
esta batalla espiritual, en este campo de trigo y cizaña.
Nuestro futuro está
condicionado a que tengamos dos cosas: piedad y doctrina cristiana. Tener piedad
consiste en tener prácticas que acercan a Dios, como la Santa Misa, el rezo del
Rosario y la oración mental. Tener doctrina es, en resumen, conocer el
Catecismo de la Iglesia Católica y los rudimentos de la Teología.
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