Leer.... cambia la vida
Leer
la Palabra de Dios cambia la vida
Benedicto XVI dijo en un Angelus: “Si
llevamos en la mente y en el corazón la Palabra de Dios, si entra en nuestra vida, si
tenemos confianza en Dios, podemos rechazar todo tipo de engaños del Tentador”.
Es de considerar el manejo de la Biblia que tiene el
ex pastor protestante Scott Hahn. Relata que un amigo protestante le decía:
¾ Pero los católicos
adoran a María.
Él contestó:
¾ No la adoran,
la veneran.
Respondió el amigo:
¾ Eso no tiene
base bíblica.
¾ Entonces, ¿por
qué se lee en el Evangelio “por eso desde ahora me llamarán bienaventurada
todas las generaciones” (Lucas 1, 48).
A todo cristiano le conviene leer la Biblia, o al
menos, el Evangelio cada día, para conocer más de cerca al Señor. Dice el
Catecismo: “A través
de todas las palabras de la sagrada Escritura, Dios dice sólo una Palabra, su
Verbo único, en quien él se da a conocer en plenitud” (CEC
102).
Escribe bellamente San
Agustín: Recuerden que es una misma Palabra de Dios la que se extiende en todas
las escrituras, que es un mismo Verbo que resuena en la boca de todos los
escritores sagrados (San Agustín, Enarratio in Psalum 103, 4,1; PL 37,
1378).
Jesús, el “evangelista” del Reino, asocia a los
Apóstoles a su misma misión hasta el fin del mundo. El Evangelio es, por lo
tanto, el anuncio de la salvación, tal como lo proclama la predicación
apostólica (Act 5,42; 8,35; 11,20). Los evangelistas escriben su Evangelio para
proclamar la salvación en Jesús como Cristo. El Evangelio es en sí mismo una
doctrina salvífica y un acontecimiento salvífico (GER).
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