La Moda en el vestir y otras modas
La moda no es sólo una
puesta al día de líneas, colores y tendencias. Verlo así sería empequeñecer su
poder. Su condición de actualidad permanente le convierte en una brújula que
marca los acontecimientos y refleja los estilos de vida. Dice un adagio sabio: “Dime
cómo vistes y te diré quién eres”. Otro adagio dice: “Dime qué agradeces y te
diré cómo eres”. La moda refleja la identidad personal y, de alguna forma, la identidad
de la sociedad (cfr. asmoda.com).
La moda la marcan no más de media docenas de firmas. La industria de la moda ofrece una variedad interminable de propuestas
en las que gradualmente se ha hecho un culto al cuerpo. Hoy la mujer se ha
convertido en el objeto sexual de muchos productos comerciales. A la mujer se
le presenta como un cuerpo anoréxico, como un gancho o percha de ropa.
Las faldas de algunas chicas, son tan cortas, que
podrían simular un cinturón ancho. Estas chicas están dando un mensaje: “Lo más
interesante que poseo es el cuerpo. No te intereses en mi amistad, porque soy
una persona vacía, sino en conseguir mi cuerpo”.
El modo de vestirse de una mujer refleja parte de su
“yo profundo”, de su interioridad. Por eso, cuando el hombre se viste, se
cubre su cuerpo; cuando la mujer se viste, descubre su alma.
Los que dictan la moda también han influido en el modo
de vestirse de los varones, han introducido una masculinidad afeminada. Los
hombres usan aretes y accesorios propios de la mujer.
Efectivamente:
lo que se vende en los últimos tiempos bajo el nombre de moda no
es
simplemente “estilo” sino “identidad”. Sin duda, los departamentos de marketing
han
advertido la demanda de identidad existente en un mundo fragmentado y, al
proponer un
nuevo producto —ya sea un coche, un perfume, unas vacaciones o,
por
supuesto, ropa— procuran asociarlo a un modo de vida y una personalidad más
o menos
estereotipada pero, en cualquier caso, unitaria y superficialmente
atractiva. Nuestra
sociedad ha proyectado las más diversas ilusiones humanas en los productos de
consumo. De este modo hemos llegado a vender apariencias como identidad.
Películas de terror
Las películas de terror también se han puesto de moda.
Esas películas acostumbran al ser humano desde niño a vivir una vida espiritual
donde no hay paz, sino violencia, peligro, sangre, miedo, maldad, suspenso… Un
niño así contaminado, difícilmente encontrará reposo cuando entre a un lugar
silencioso o con paz, como el recinto de una iglesia. Su alma se desesperará
con la paz, el silencio y el amor que hay en ella.
Reiki
Algunos desean saber que es el Keiki, pues está de
moda en algunos ambientes. Un monje japonés de Kyoto, budista, llamado Mikao
Usui es el creador del Reiki. El Reiki es un culto esotérico, en japonés, es la
energía vital universal, es una fuerza viva y activa en toda la creación. La
sílaba “rei” describe la energía universal y su aspecto ilimitado, mientras que
la sílaba “ki” es la fuerza de la vida que fluye a través de cada ser viviente.
El Reiki está basado en el concepto de que todo el universo está impregnado de
una fuerza divina, y que el hombre se enfermará si bloquea esa fuerza y no
fluye bien en cualquier área de su cuerpo.
El Reiki va en contra de la fe cristiana pues aquí la
vida del hombre no es sostenida por el Amor misericordioso de Dios, sino que
depende de algo impersonal. Sus adeptos dicen que Jesús es un maestro que está
unos pasos adelante del hombre común.
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