Carta abierta a los legisladores
Estimados amigos legisladores. Ustedes piden
nuestro voto, nosotros pedimos que nos representen y que escuchen nuestra voz. Las
encuestas reflejan que el valor supremo del mexicano es la familia, aunque esté
incompleta, entonces ¡defiendanla!
La mayor motivación
que tiene el ciudadano para trabajar, es sacar adelante a su familia: a su
cónyuge, a sus hijos y a sus padres -si son ancianos-. En la familia se da la
solidaridad que el ser humano necesita. El hábitat del ser humano es el seno
familiar, y, si no lo tiene, busca un sucedáneo: pandillas, grupos, amistades...
Lo que más fuertemente le pega a la familia es
el aborto, por ello pedimos que las leyes estén a favor de la familia y de la
vida. Se aborta para resolver un
problema, y el aborto aumenta al doble los problemas. El
modo de suprimir una enfermedad ¿es la de eliminar al enfermo?... Muchos niños
discapacitados son más felices que otras personas que tienen todo en la vida.
Algunos quieren negar una evidencia que la
Embriología define: Que a las diez semanas el embrión ya tiene huellas
digitales. La diferenciación sexual aparece desde la implantación del óvulo
fecundado, por ejemplo, en la velocidad en el desarrollo, se ve que el varón es
más veloz, pero la mujer recupera esa velocidad más tarde. El feto no forma
parte del organismo materno; tiene su propio genoma. No existe el derecho a
abortar; lo que en algunos países han hecho es legalizar un crimen. La legalización del aborto no ayuda a evitar
el aborto; más aún, lo promueve. La sociedad que aprueba el aborto, aprueba la
violencia desde sus raíces más profundas.
Los derechos del no nacido no son negociables
ni renunciables. ¿Cómo negárselos al embrión humano cuando hoy se les otorgan
derechos hasta a los animales?
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