No queremos ser esclavos




Existen dos formas de conquistar y esclavizar a una nación: una es por la espada; la otra, es por la deuda.
La estafa base es simple: endeudan, sea por iniciativa propia o a través de corromper al líder de ese país,y luego, imponen condiciones o  “estructuras de ajuste político” que usualmente consisten en lo siguiente: Devaluar su moneda; cuando el valor de la moneda baja, también bajan todos los valores asociados a ella; esto hace que los recursos indígenas queden disponibles a los “países depredadores imperialistas” a una fracción de su valor. Recortes del gasto social, esto usualmente incluye la educación y la salud, comprometiendo el bienestar y la integridad de la sociedad, dejando a la ciudadanía en una posición vulnerable a la explotación. Luego vienen la privatización de las empresas de propiedad estatal.
Luego está la liberalización del comercio; se abre la economía liberando cualquier restricción económica internacional. Esto permite una incontable cantidad de prácticas comerciales abusivas, ya que la introducción de productos en masa de las corporaciones transnacionales, inferiores a los niveles de producción de las industrias nativas, arruinan las economías locales.
En México, el ex Presidente Ernesto Zedillo elaboró un plan a largo plazo para pagar la deuda externa, pero no acabó de pagarla; pidió a Fox y Calderón seguir ese plan dos sexenios más, y ¡al fin se acabó de pagar la deuda externa! Ahora el Presidente Peña Nieto nos volvió a endeudar. ¿Por qué? Lógicamente se dejó manipular por los corporativos financieros y por la ONU. ¡Ya le bajó al renglón de salud! Ya casi no dan medicinas. Ya sabemos lo que sigue, por eso, suplicamos no nos hagan esclavos, que para allá vamos,

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Quién soy yo?

Semana de oración por la unidad de los cristianos

Plan personal de formación