Mensaje a México
El Padre José Luis Vázquez es un misionero
muy especial, carismático, muy querido por los jóvenes del Oratorio. Durante
varios años fue el director del Centro Nazareth, un internado que atiende a niños
de la calle. Actualmente se encuentra en Coacalco atendiendo el Oratorio de ese
lugar. La Virgen se le apareció recientemente y le dio un mensaje.
❤🌷 *Habla la Virgen
María a México*
Hijitos Míos, vosotros sois los pequeños hijos de Mi
Corazón; todos los que amáis a Mi Hijo, todos los que estáis Conmigo, todos los
que tenéis ese deseo de regresar al Reino de los Cielos, porque ese deseo os lo
pone Nuestro Padre, en vuestro corazón, sois Mis hijos, Mis hijos predilectos,
Mis hijos amorosos, Mis hijos que habéis encontrado la Verdad, entre toda la
mentira que os rodea.
Mis pequeños, a pesar de que estáis esperando momentos
difíciles en vuestro México, también, hay momentos bellísimos que tendréis,
posteriormente, después de la Purificación tan necesaria para todos vosotros. Os
pido, Mis pequeños, que no llenéis vuestro corazón y vuestra mente de temor por
todo lo que se viene; recordad que Nuestro Padre, vuestro Padre Dios, siempre
va a utilizar esos malos momentos, en los que satanás os pone a prueba y, de
ahí, sacar un Bien. Sabéis que lo que tendréis no es Nuestro Padre, vuestro
Dios, el que os está mandando este castigo, que, ciertamente, os lo merecéis,
porque os habéis apartado de Su Amor y lo habéis ofendido grandemente, sino que
es el mismo satanás el que os está atacando. Ha pedido permiso a Nuestro Padre,
para que seáis probados, purificados, acrisolados, porque tenéis una gran
misión como Patria, como Nación, pero sobre todo, como hijos de Dios.
Tenéis en vuestras raíces, cosas bellísimas, que se os
harán saber después de la Purificación y estaréis dichosos y agradecidos de ser
mexicanos.
Grandes cosas conoceréis después, porque sois una gran
Nación, sois una Nación escogida por la Santísima Trinidad, para que, a través
de vosotros, otras Naciones aprendan de vosotros, sobre todo, porque sois el
país del Amor.
Sabéis que donde hay mucha Bendición del Cielo, también
hay mucha maldad de satanás; os está atacando su envidia, os está atacando,
porque él no quiere que vosotros, mexicanos, transmitáis el amor que tenéis en
vuestro corazón.
En vuestra Patria se vive todavía, fuertemente, la unión
familiar; le dais un valor muy grande a la familia, a vuestros padres, a
vuestros hermanos, a los abuelos; respetáis a los muertos, amáis a vuestros
hijos, pero, sobre todo, Nos lleváis en vuestro corazón.
Ciertamente, como Madre vuestra, Me tenéis un cariño muy
especial y Yo correspondo a ese cariño, Mis pequeños y muchos, muchos de
vosotros, hijos Míos, mexicanos, habéis recibido grandes Bendiciones de Nuestro
Dios, por intercesión Mía, y bien lo sabéis, Mis pequeños.
Pero, por otro lado, la maldad se ha introducido en
vuestra Patria y en vuestros corazones. Esa, la maldad de satanás, que os
quiere destruir, que os quiere quitar a vuestro Dios y a Mí, vuestra Madre, de
vuestro corazón. Os desvía con otros pensamientos, con otras formas de pensar,
para que no Nos deis vuestro amor completo a vuestro Dios y a Mí, vuestra
Madre.
Os habéis apartado de la oración y, ciertamente, la gran
mayoría de vosotros, no habéis aceptado lo que vuestro Gobierno os ha impuesto,
como el aborto y más pecados, en donde se atacan vuestros principios que
lleváis en vuestro corazón; pero tampoco hacéis gran cosa por recuperar todo
eso.
Sabéis que vuestro poder político es dominante,
dictatorial y aunque os manifestéis, os imponen sus ideas satánicas, pero, por
otro lado, también sabéis que la oración, el rezo del Santo Rosario, como
tantas veces os he dicho, produce milagros, pero, desgraciadamente, la gran
mayoría de vosotros, habéis hecho a un lado esta devoción tan poderosa para
estos tiempos; y por eso, veMos en vuestros corazones esa tibieza, que está
causándoNos mucho daño en Nuestro Corazón y a vosotros, mucho daño en los
descendientes del México al cual pertenecéis.
Muchos, muchos bebés, que debieran vivir, y hacer crecer
a ésta, vuestra Patria, han muerto, han sido asesinados por el aborto y ya
vosotros, ni os inmutáis, no pedís por ellos y no Me pedís, junto con el Santo
Rosario, que Yo intervenga, para que se termine toda esta maldad, todos estos
asesinatos.
Vosotros, ahí es en donde sí tenéis la culpa de que estos
abortos prosigan, por vuestra tibieza, porque ya no os amáis los unos a los
otros, como Mi Hijo os lo pidió. Tenéis que poner de vuestra parte, Mis
pequeños. Por eso, la Purificación que se dará en México y en todo el Mundo,
principalmente, es por vuestra tibieza, ya no Nos buscáis, ya no queréis
depender del Cielo, creéis que por vuestras capacidades humanas, intelectuales,
ya no necesitáis del Cielo y estáis en un error tremendo. ¿De qué os sirven
vuestros estudios, carreras, maestrías y doctorados, si no tenéis a vuestro
Dios y a Mí, vuestra Madre, en vuestro corazón? Esos títulos humanos, lejos de
daros el Reino de los Cielos, si los utilizáis mal, os podrán llevar a vuestra
perdición eterna.
Manteneos, pues, sencillos, humildes, como Mi Juan
Dieguito, Mis pequeños. Manteneos siempre necesitados de Nuestro Amor, debéis
estar conscientes, como tantas veces os lo heMos dicho, que sin Nuestra
Protección, sin Nuestra Guía, vosotros, fácilmente, os perdéis, porque estáis
en terrenos de satanás, estáis en terrenos del príncipe de este Mundo, que es
satanás.
Si os unierais en oración, pero en una oración de
corazón, podríais disminuir los dolores de la Purificación inminente que tenéis
encima, ya, sobre vosotros, que no se va a detener, pero que sí la podréis
aminorar. Pero ¿cuántos entenderéis éste, Mi Consejo de Madre hacia vosotros,
Mis hijos?
Os vuelvo a repetir, Mis pequeños, sois Nación escogida
entre todas las Naciones del Mundo entero, ¿acaso no os sentís con cierta
predilección y con cierto gusto, de éste título que se os da, aquí, en el Reino
de los Cielos? Dichosos, gozosos debierais estar, pero, por otro lado,
debierais tener una preocupación espiritual, de saber cómo comportaros ante
este título y ante esta predilección que se os ha dado. Sí, tenéis una misión
muy grande y muy bella, muy especial.
Recordad, que sois mexicanos por nacimiento, pero sois
mexicanos, por predilección Divina. Os lo digo, para que os sintáis más
agradecidos con vuestro Creador, vuestro Dios.
Espero, esto, os haga meditar y os haga entender que os
debéis preocupar por hacer de vuestra Nación, Nuestra Nación, Yo, como Madre de
vosotros, la mejor Nación del Mundo, en un pueblo escogido por Dios, que, si
antes lo fue Israel, ahora es el pueblo mexicano.
Gracias, Mis pequeños.
🌷❤
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