¿Existe el derecho a dañar a otro?
El aborto es el ‘sin sentido’ de
toda cosa. Es la muerte que vence contra la vida. Es el miedo que vence sobre
el corazón porque el contrario quiere combatir y vivir, no morir. El aborto es
elegir quién tiene derecho de vivir y quién no. Es una ideología que vence
sobre una humanidad a la cual se le quiere quitar la esperanza. Admiramos a las
mujeres que entre miles de dificultades tienen la valentía de seguir adelante.
Ninguna sociedad había dicho antes: “Vive tu impulso sexual
como quieras”. Al contrario, desde tiempo de los griegos se veía la templanza
como una cualidad necesaria para llevar una vida noble y plena.
La mayoría de la gente ignora lo que es
abortar. No conoce el sufrimiento de la madre y del feto en el proceso de
muerte del hijo. El aborto no previene el embarazo, lo termina
violentamente. Detrás del aborto hay una guerra espiritual que mucho no
alcanzan a ver.
Existe una constante histórica según la cual un sistema
político en crisis multiplica la producción legislativa y enmaraña las leyes,
dice Vittorio Messori. Se multiplican las palabras y las frases elaboradas,
para no afrontar los problemas de fondo. Se quieren resolver los problemas
sociales con la promulgación de leyes. Esto da lugar a numerosos conflictos.
Está demostrado que muchas de las mujeres que abortan, en
un 70% sienten culpa, remordimiento y el síndrome post-aborto. Con el aborto no se previene ningún daño, solamente “incrementa el número de muertes
maternas ocasionadas por las complicaciones propias del legrado”, dice el Dr.
Balcázar, y la complicación número uno, dice este ginecólogo, “es la
hemorragia, y segundo, la posible perforación uterina (…). La tercera
complicación son los riesgos anestésicos”.
Los pro abortistas niegan lo que
la ciencia afirma: Que la vida
empieza con la fertilización. Ignoran la medicina básica porque
sustentan una ideología.
Está en juego el valor más importante de la nación: la vida
de los niños por nacer. La senadora Leonor Noyola Cervantes, para legalizar el
aborto habla del derecho al libre
desarrollo de la personalidad, como máximo valor. Si así fuera, podríamos
echar por la ventana todos los compromisos que frenan el “desarrollo de mi
personalidad” y seríamos los más desgraciados de los humanos. Habla la Senadora
de cuidar la salud física y mental de las
mujeres. ¿Qué tiene que ver con la
salud un procedimiento al que entran dos personas sanas y al salir, una está
muerta, y la otra completamente destruida?
La Senadora del PRD alega que la mujer tiene derecho sobre su cuerpo…, ¡pero no sobre
el cuerpo de su bebé!, quien tiene unos órganos y un corazón independiente de
su madre. “El bebé es de mi propiedad”, decía una mujer. Entonces, ¿es una
especie de esclavo?... O es un ser humano con derechos. Las discusiones sobre
el aborto nos ponen ante el tema del valor del ser humano. Si hay vidas que no
tienen valor (como las de los embriones), ¿por qué las demás vidas sí la
tendrían? Decir que el feto no es personas es una afirmación poco científica.
Hay países que incluyen en sus leyes el derecho de los no nacidos a heredar.
Una filósofa norteamericana
explica: Los verdaderos derechos humanos son para promover la vida y la
libre voluntad. Ser humano y ser bueno son la fuente y la cumbre de los
derechos humanos universales. El ser y el bien son el Alfa y el Omega de los
derechos humanos. El ser y el bien son la esencia de la vida (Janet Holl
Madigan, Universidad de Maryland, College Park).
Para hacer una ley respecto al
aborto hay que mirar al menos dos perspectivas: La de la madre y la del niño,
sino, es imposible que solucionemos el problema. La Ley Robles es lo peor que
nos pudo pasar. ¿Las leyes humanas son perfectas? Si así fuera, serían
inmutables, pero no son perfectas, por eso los legisladores tienen obligación
de repensarlas.
Como los que defienden el aborto
no tienen argumentos racionales, se cogen de las leyes equivocadas. Todos
somos responsables de lo que sucede. El
aborto sólo puede estar presente en la sociedad sobre la base de una mentira.
El aborto es la destrucción directa de un ser humano inocente. Decretar un
aborto es dar pena de muerte sin juicio.
El hijo es un don,
y si no es deseado, se le puede dar un hogar a través de la adopción. Además, la
familia es el santuario de la vida, no el lugar donde la vida es destrozada.
La libertad para la destrucción de sí mismo o para la destrucción
del otro no es libertad, sino su parodia diabólica. El aborto es el abuso infantil más tremendo que existe.
Una autoridad de Nigeria, señor
Doeme dijo: "En Nigeria tenemos el demonio de Boko Haram –grupo terrorista
islámico-; en Occidente tienen el Boko Haram del aborto, la eutanasia, el seudomatrimonio
gay y el laicismo”. En Croacia se logró defender el matrimonio como
una alianza entre un hombre y una mujer, en contra del gobierno socialista y
los medios de comunicación. En Francia, los padres de familia protestaron
contra el “matrimonio homosexual” y se les unieron más de mil alcaldes. Una de
las causas que causó la ruina de Roma fue el aborto.
Las legislaciones nacionales e internacionales
responden a un mismo patrón y pretenden imponerse. Con las leyes de “salud
sexual y reproductiva” se quiere enmascarar el aborto.
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