Lo prioritario es defender la vida
En una entrevista concedida a LoveMatters.com, Verástegui relató que decidió participar en una actividad pro-vida en California. "Llegué a la clínica y me impactó ver esas mujeres tan jóvenes de 15, 16, 17 años, ingresando ahí con rostros tristes y lágrimas. Me rompió el corazón y no estaba entrenado para ayudar", recordó. Uno de los activistas pro-vida le pidió ayuda para establecer un diálogo con una pareja de jóvenes mexicanos que sólo hablaba español. La pareja lo reconoció por su trabajo en telenovelas, conversaron durante 45 minutos y les ofreció toda la ayuda posible, incluyendo su número telefónico. Meses después, Eduardo recibió una inesperada llamada. La pareja tuvo a su hijo y lo bautizó como Eduardito. Ellos querían que el actor conociera al niño. "No podía hablar. Ha sido el momento más emocionante de mi vida. Me cambió la vida, fue hermoso. Fui a visitarlos y pude cargar al pequeño Eduardito. Por la gracia de Dios, tuve la oportunidad de salvar a ese bebé", señaló.
Más
que un anillo de compromiso
Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió
que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le
presentó uno. La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol
resplandeciente. El muchacho contempló el
anillo y con una sonrisa lo
aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo.
- Se va usted a
casar pronto? - Le preguntó el joyero.
- ¡No! - respondió el muchacho. Ni siquiera tengo
novia.
La muda
sorpresa del joyero divirtió al comprador.
- Es para mi mamá - dijo el muchacho -. Cuando yo iba
a nacer estuvo sola; alguien le aconsejo que me matara antes de que naciera
pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas. Muchos.
Fue padre y madre para mi, y fue amiga y
hermana, y fue mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo, le compro
este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de
que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella. Quizás después
entregue otro anillo de compromiso. Pero será el segundo.
El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera
que hiciera al muchacho el descuento aquel que se hacía nada más a ciertos
clientes importantes.
El
aborto
El aborto no resuelve nada, pero que mata al niño,
destruye a la mujer y ciega la conciencia del padre del niño, arruinando a
menudo, la vida familiar.
La familia ha existido antes del Estado. Si destruyes
la familia, destruyes a la sociedad y vas a hacer fallar al Estado. Los romanos
eran inteligentes, decían: una familia disfuncional probablemente va a generar
hijos disfuncionales que se van a convertir en ciudadanos disfuncionales,
entonces el Estado va a lidiar con ello, y dicen: “No quiero esos problemas,
vamos a resolver el problema de raíz”, entonces dan unos parámetros jurídicos
para proteger a la madre y a sus hijos.
Ningún ser humano puede ser declarado incompatible con
la vida. Cada niño que se manifiesta en el seno materno es un don, un regalo
irrepetible y único. Los bebés no son como las máquinas, si una se echa a
perder, consigues otra. Cada niño cambia la historia de una familia, del padre,
de la madre, de los hermanos y de los abuelos y tíos. El miedo y la hostilidad
hacia la discapacidad a menudo conducen a la elección del aborto configurándolo
como una práctica de “prevención”. Todo niño ha de ser amado, toda persona ha
de ser amada, aunque lleve malformaciones físicas o morales. Toda vida humana
es sagrada e inviolable. A veces hay una mentalidad eugenésica inhumana, que
dicta quienes han de morir y quienes han de vivir, y así se arrebata a las
familias o a la madre la posibilidad de acoger y amar una nueva vida, aunque
ésta sea débil.
La Confederación Americana Sobre Derechos Humanos, de
observancia obligatoria para México, establece el derecho a la vida desde el
momento mismo de la concepción (Art, 4º, párrafo primero). Es imposible que un
delito sea al mismo tiempo un derecho. No es progresista tratar de resolver los
problemas humanos eliminando una vida humana.
Dicen que mucha gente muere por culpa del alcohol; pocos dicen cuánta gente nace por la misma causa.
Cuando la madre no quiere al hijo que viene, queda el
recuro a la adopción. No existe el derecho a adoptar, existe el derecho a ser adoptado, dice el juez
de Kentucky: “El niño tiene el derecho superior de recuperar lo que ha perdido
en lo natural: un padre y una madre”. El niño no es un producto para satisfacer
un anhelo emocional, ideológico o político. El niño es el fin supremo de la
sociedad y del Estado.
Aún cuando el hombre rechaza la verdad y el
bien que el Creador le propone, Dios no le abandona, sino que a través de la
voz de la conciencia, continúa buscándole y hablándole, para que reconozca su
error y se abra a la Misericordia divina capaz de sanar cualquier herida.
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