Alemanes forman Comisión y cuestionan medidas tomadas



Un grupo alemán de investigadores formó una Comisión de Investigación Extraparlamentaria sobre el Coronavirus, y esa comisión afirman que la llamada vacuna ARN, en contraste con las vacunas anteriores, es capaz de cambiar la constitución genética y puede causar daños graves a las personas. Hay que recordar el principio médico de Hipócrates de no hacer daño, principio que se ha visto lastimado. Esta comisión observa que, con frecuencia, vemos que ya no hay prensa libre sino propaganda, porque hoy, otras opiniones son censuradas y eliminadas. Entonces, hay que salir a la calle para intentar informar sobre la verdad.
Cada vez se hace más esfuerzo para convertir nuestro orden democrático libre en un estado de vigilancia y control mental bajo leyes de protección contra las infecciones.  Las medidas tomadas se han llevado a cabo en un escenario de terror, nunca antes vistas, y sin embargo se mantienen para crear miedo en la población, de una enfermedad mortal que no existe en esta forma.
Deberíamos llegar al fin del confinamiento y del uso de mascarillas. Las medidas ya no son justificables en Alemania pues ya no hay un contagio en masa. Tenemos que volvernos soberanos de nuevo.
Los políticos, los militares, los médicos, la policía, tienen la obligación de ayudar y de no dañar, sino de saberse parte de una comunidad. Y esta actitud negativa se está volviendo internacional.
El profesor Harditsch de Austria comentó: Desde el principio se han tomado medidas irresponsables, ya sea por negligencia o deliberadamente, sin la más mínima consideración de los daños colaterales, que han pisoteado los derechos fundamentales y las obligaciones éticas. Los responsables de tomar decisiones se han visto descalificados. En vista de las decisiones tomadas, deben ser revisadas por un organismo independiente de la política. Soy experto en microbiología, epidemiología, virología y estoy profundamente horrorizado por el enfoque no objetivo que se le ha dado, y que ha tenido repercusiones en los medios de comunicación social. Me refiero también a la constante promoción del miedo que hacen y difunden los peores escenarios. Como médico no puedo soportar el desprecio por las personas que ahora se manifiesta. Este miedo permanente llega incluso al pánico. El daño psicológico y social resultante, los gigantescos daños colaterales y la masiva interferencia en nuestra cultura y sociedad, son motivo para ponerse de pie y luchar contra esta locura. En vista de este desastre que aún no se puede medir, parece necesario presionar para una evaluación objetiva de estas decisiones, y pedir cuentas si se demuestra una mala voluntad.
Bérgamo no es Italia, en el sur, donde la gente es más pobre, se manejó mejor la situación. Hay que dejar claro que hay mataderos por todas partes. Se dan cifras no confiables para atemorizar. En Alemania, el número de contagios había disminuido antes del confinamiento. El uso obligatorio de la mascarilla no tiene fundamento. La adherencia a medidas refutadas o evidencia comprobada es un delito penal, en este contexto.
Es necesario un cambio drástico en las medidas tomadas hasta ahora, porque sino, eso asegurará la prolongación de este enfoque antidemocrático y antinatural. Se han prohibido ciertas terapias de reanimación. Mucha gente ya ha resultado perjudicada, además, muchos murieron por las medidas tomadas. Todos tienen el derecho de resistir si no ayudan otras medidas.


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