Tatuajes y piercing o perforaciones



El tatuaje es reflejo de una cultura decadente, perversa. Los tatuajes y el piercing (perforaciones) son “ritos de iniciación” para invitar a pertenecer a un culto tribal. Son los nuevos “bautismos” de la anticultura esotérica de hoy. A través de la “modificación” del cuerpo, las personas se adhieren a la nueva era pagana donde no hay sentido de pecado. De algún modo el tatuaje quiere modificar el ser del hombre en cuanto a imagen y semejanza de Dios.
Con frecuencia el tatuador está contaminado porque ha tatuado símbolos de contenido maléfico. Al ver los catálogos de tatuajes se encuentra que en ellos se incluyen imágenes blasfemas, eróticas, monstruosas, dragones, esotéricas como la estrellas de cinco puntos e incluso satánicas. En revistas sobre tatuajes se invita a tatuarse como parte de una filosofía de vida. Ese catálogo explica: “En casi todos los pueblos primitivos, el tatuaje era asociado al culto de los dioses demonios y era practicado durante ritos”. (cfr. Luis Eduardo López Padilla, Las profundidades de Satanás, México 2006, p. 184-185).
¿Qué hacer? Cuesta dinero quitarlos porque están hechos con rayo laser, pero no hay más solución que ahorrar para borrarlos.
En la Sagrada Escritura, en el libro del Levítico, están prohibidos el tatuaje y las perforaciones (el piercing): “No haréis incisiones en vuestra carne ni os haréis tatuajes. Yo Yahvé” (Lev 19,27-28).
Vale la pena preguntarse por qué ha surgido el piercing y qué sentido tiene. Es evidente que los jóvenes no les importa someterse a intervenciones quirúrgicas dolorosas y nada asequibles con tal de lucir una argolla en la ceja o una perla en la nariz. Todo el mundo sabe que el lóbulo de la oreja es un perchero del que puede colgarse sin peligro cualquier cosa; pero el resto del organismo no tiene la misma función. De hecho, los pincha-ombligos profesionales causan abundantes infecciones.
El piercing nada tiene que ver con la belleza, es como un signo belicoso de pertenencia a la tribu, pero también es una moda de mal gusto.
Cuando una adolescente no se gusta a sí misma, trata de compensar sus complejos estéticos con un disfraz agresivo que desvíe la mirada y le impida fijarse en lo fea que ella se ve.
Decía San Juan Crisóstomo a la sociedad de Constantinopla del siglo IV: “Muchos se cuelgan de las orejas objetos de oro. Ojalá y no gozarán de ello las jóvenes, pero vosotros lleváis esa plaga también a los varones”.
Algunos consejos:
  • Si decides perforar tu cuerpo, nunca lo hagas tú mismo, ni dejes que un amigo inexperto te lo haga. Mantén limpios los elementos que entren en contacto con el área perforada.
  • Si ves que tu perforación se ha infectado, consulta a un médico. Debes estar alerta a signos de enrojecimiento, hinchazón, supuración, olor desagradable o salpullido.
  • Los riesgos más serios son las infecciones, las reacciones alérgicas, los sangrados y el daño a nervios y dientes. Pueden ser causadas los virus de hepatitis, el VIH, tétanos, bacterias y hongos. Las infecciones causadas por bacterias que penetran en el sitio de la perforación pueden aparecer después, incluso luego de que la perforación haya cicatrizado.
  • Si en el local hay una pistola perforadora, ¡deja el lugar de inmediato! Las pistolas perforadoras no pueden ser esterilizadas y NO deben ser utilizadas para perforar el cuerpo.
  • Recuerda que las personas con piercing no pueden ser donadores de sangre.
  • Si eres creyente reza oraciones de sanación y liberación y una oración a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. El cuerpo humano, si vive en gracia, es Templo del Espíritu Santo.
Si no hay vida cristiana, no sirven las liberaciones ni los exorcismos. Todo proceso de sanación y liberación es importante la oración.
No es recomendable el uso de talismanes y amuletos. Hay quien usa el “atrapasueños”, objeto étnico compuesto por un aro circular sobre el que se teje una red en forma de tela de araña, y se decora con plumas y cuentas. Es un talismán propio del pueblo ojibwa, de América del Norte. Es mejor hacer una oración de protección en vez de usar amuletos del mundo ocultista.
Se recomienda ver en YouTube las conferencias: “Las 6 puertas del enemigo” (parte 1 y 2) y “¿Cómo discernir la presencia del mal?” con Javier Luzón Peña.

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