Para alcanzar la felicidad y luchar contra el estrés
El doctor en
Psicología Positiva, judío, Tal Ben Sahar, da algunas claves para ser felices.
Habla de la ciencia de la felicidad a estudiantes de la Universidad de Harvard.
El primer año tuvo seis estudiantes, el segundo, 300, y el terceto, 900, la
clase con más alumnos.
Si tratamos
de evitar las emociones dolorosas, éstas se intensifican. Las emociones
dolorosas son parte de la naturaleza humana, como la Ley de la Gravedad es
parte de la naturaleza física. Hay que darnos permiso para ser humanos, sólo
los psicópatas no sienten emociones. Si hay envidia, hay que aceptar que
tenemos envidia, o miedo. Eso es humano, pero no hay que obsesionarse con eso
porque se acentúa. Es la base del pilar más importante para tener una vida
plena y feliz.
Cuando hay
mucho que hacer se intensifica el estrés. Con el estrés el sistema inmunológico
se debilita. En 1960 el estrés comenzaba a los 29 años, ahora comienza a los
14. Con el estrés la gente pierde creatividad. Tenemos que simplificarnos y
hacer menos en lugar de hacer más cosas. La cantidad afecta la calidad. Hay que apagar
el celular durante los ratos de convivencia familiar y lo mismo en el lugar de
trabajo.
Hay muchos
estudios de la relación entre dinero y felicidad. El dinero es un indicador muy
pobre de bienestar, excepto en los extremos; es decir, si una persona no tiene
hogar y le dan un trabajo de 15 mil pesos al mes, va a mejorar su bienestar;
pero para una persona que tiene sus necesidades básicas cubiertas, el dinero no
le da felicidad. Hay que dedicarle
tiempo a lo que realmente vale la pena: la familia y los amigos. ¿Cuánto tiempo
pasamos con las personas que nos importan y a quienes les importamos? ¿Tomamos
ese tiempo? Para disfrutar, apreciar, amar y ser amado. Es lo básico y lo más
sencillo, y ¡cuanta falta hace en nuestra cultura actual! El apoyo de amigos y
familiares da fortaleza, anima. Tu fuente más importante de felicidad puede
estar sentada a tu lado ahora mismo, aquí mismo. ¿Aprovechas al máximo esa
moneda de felicidad? O la compartes con tu celular o tu email.
El estrés no
es el problema, se ha descubierto que el estrés nos puede hacer más fuertes,
más resistentes y más receptivos a la felicidad y al bienestar; el problema radica en la falta de recuperación
en el nivel físico o emocional. En el siglo XXI todo mundo anda estresado, lo
vital es programar tu recuperación a lo largo del día, a lo largo de la semana,
del mes, del año y de toda la vida. Hay que introducir 15 minutos de descanso
después de una hora o dos de trabajo. En
ese tiempo se puede hacer una llamada o meditar. Puede ser almorzar sin
teléfono. También se puede tomar un día libre durante la semana. Dios lo tomó y
descansó al séptimo día. También necesitamos vacaciones un poco más largas, de
una semana o de un mes. Necesitamos tiempo libre. Hay una relación etimológica
entre crear y recrear. Debemos participar en actividades recreativas si
queremos estar en nuestra mejor forma.
Lo ideal
sería planear tener 15 minutos libres entre una actividad y otra, para hacer
algo que descanse. También el almuerzo con un amigo o simplemente la comida,
descansa. Tomar unas vacaciones sin llevar la computadora y sin contestar el
celular puede ayudar a descansar.
Hay una
conexión entre mente y cuerpo. Últimamente se ha hecho mucha investigación
sobre las bondades del ejercicio físico para el bienestar integral de la
persona. En una de ellas, se acogieron 156 personas con depresión y se vio que
mejoraban si hacían al menos 30 minutos de ejercicio tres veces a la
semana. El ejercicio ayuda a combatir la
depresión si se lo toma en serio como una terapia de recuperación. Es más: No
hacer ejercicio es como tomar un depresivo. El ejercicio, además, disminuye la
obesidad. El ejercicio ayuda a que hagamos más conexiones en nuestro cerebro. En
las escuelas, el ejercicio reduce el nivel de violencia y de bullying y aumenta el rendimiento
escolar. En los adultos el ejercicio diario retrocede el declive y la
incidencia de enfermedades mentales.
Funciona en la ansiedad, en el trastorno de pánico y el estrés en
general. Genera la liberación de neurotransmisores que son muy similares a los
medicamentos psiquiátricos. También ayuda mucho: inhalar y exhalar lentamente.
Cuando estamos estresados la respiración se vuelve ligera y se vuelve una
espiral, por eso hay que fomentar la respiración profunda, lenta, al menos 3 ó
4 respiraciones profundas cada día, al despertar, antes de trabajar, antes de
comer y quizás ante el semáforo en rojo. Si tuviera que dar un solo consejo
diría: aprende a respirar correctamente.
Los
beneficios de la meditación o de la oración son inmensos. Hay que darnos el permiso de ser humanos en
la práctica. La meditación baja la ansiedad, el sistema inmunológico se hace
más fuerte y mejora el humor. Además hay más actividad prefrontal y, si se hace
por más de dos meses, el cerebro se transforma. Lo mismo para con la
pornografía, pero afecta al cerebro para mal.
Tenemos
muchos “tesoros de felicidad”, y a veces no los apreciamos. Enfócate en lo
positivo. “Apreciar” significa estar agradecido por un bien físico o espiritual.
Cicerón dice que ser agradecido es una de las virtudes de más categoría. Otro
significado de “apreciar” es aumentar el valor. Hay que apreciar una caminata,
un respiro, un alimento, a un familiar, a la persona que está cerca, en una
palabra: lo ordinario. Hay que cultivar el hábito de la gratitud cada día.
Ayuda a estar felices escribir cada noche cinco cosas por las que estamos
agradecidos, sean pequeñas o grandes. Esto lleva a ser más generosos, más
optimistas y más saludables. Hay bases científicas que demuestran que funciona.
Además, este ejercicio mantiene la frescura de espíritu.
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