Ataduras ancestrales, cargas epigenéticas y más. P. Francisco Javier Luzón
(6ª Puerta) Cuando una persona muere sin
haber reparado, sus pecados daña a sus descendientes. Lo dice el Éxodo: Las
cosas de los padres repercuten en los hijos. No todo procede de los antepasados,
pero hay que cortar esas cadenas intergeneracionales. Dios ha puesto un coto
gracias al Sacrificio de Jesucristo. Suicidios y adulterios pueden provocar
esas ataduras.
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