El Principito III

 


https://youtu.be/YosRBVWmyMM

22 min. El camino hacia el encuentro y la realidad. El autor mete pepitas de oro en sus obras. Desde el principio escribe en primera persona, es el protagonista. Dice que él no tuvo con quien hablar de modo profundo, hablar del encuentro, del amor, de bondad. Él quiso dedicarse a la pintura y su familia quiso que se dedicara a los negocios. Él tenía un avión y se marcha. Fracasa. En plano literario dice: “Tuvo una avería”, y cae en el desierto, un lugar sin rutas. Llega a una situación límite. El Principito es como un personaje de otro planeta. Y le dice lo más inverosímil: “Píntame un cordero”. Sube de nivel, no el deseo de poseer sino de ser. Él quiere asumir otra actitud ante la vida. Se asombra. Valora esa experiencia, lo que él quería ser lo encarna el Principito, pero él no lo ve desde el principio. La única salida es subir de nivel. Dibujar es subir de nivel, o cantar. El Principito le encamina hacia el nivel 2. Saint-Exupery dice que el Principito es un misterio, una realidad que se identifica consigo mismo, que se ha de vivir profundamente para conocerla. No se puede conocer con la razón fría. Hay que vincular conocimiento y creatividad.

El Principito ve que se lo dibuja de mala gana. El piloto le dice: “Esto no es un cordero”. Se lo vuelve a pintar y no le gusta, entonces el piloto le dibuja una caja con agujeritos, y, es enorme la cara de asombro del Principito. El Principito pregunta todo lo referente al nivel 2 (para que vale el sentido de tal o cual). Lo que quería era la creatividad del piloto. Luego le pregunta para que son las espinas de la flor. El Principito se enfada. ¿Por qué las flores fabrican espinas…?

No habla de hacer amigos, sino de ser amigo. Ser amigo es ser capaz de tener creatividad.

Llora. ¿Qué es el llanto? Es un desmoronamiento.

Saint Ex es un hombre con alma de niño.

Entonces el piloto ve que el niño necesita consuelo. Justo en ese momento ve que hay algo profundo para el niño. Sube al nivel 2. Modificar todas las actitudes que no nos permiten crecer como personas. Aquí empieza el dinamismo de la obra. La generosidad suscita confianza, te inspira fe en esa persona. Así el Principito se abre. Aquí empieza el dinamismo de la amistad.


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