Es tiempo de persecución y de derramar sangre. Jesús al alma niña.
https://youtu.be/GrSakEgedxc
RESUMEN
12 julio 2022. Dura 1.43 hrs. Cada
alma tiene un nivel evolutivo. Todo cambiará. Los míos serán protegidos. Ten
esperanza en la salvación de muchas almas. Habrá mucho sufrimiento y oscuridad. Permaneced unidos a mí. Cuando la cristura
obra sola, sin el Señor, luego hacemos cosas de las que luego nos arrepentimos.
Sólo nos pide que no hagamos y que contemos con Él. Él es el único que sabe qué
conviene. Permitir al Creador obrar con nosotros. Que su Voluntad preceda a la
nuestra. Nos dejamos llevar por lo que ocurre en el día a día. Recuperar esa
unidad de vida que tenía Adán con Dios. Ahora es el momento en darle
participación en cada uno de nuestros actos. Si lo hacemos, experimentaremos un
cambio. Dar parte en cada acto, en cada instante, al Señor, de modo consciente.
El amor de Dios es donación. El Padre se donó al Hijo y el Hijo correspondió al
Padre. Unirnos a Él por amor, sin pedir nada.
Hay una batalla campal entre la luz y
la oscuridad.
El tiempo del perdón se está
acabando. Hemos decretado un tiempo para la nueva creación. Sólo el amor puro
puede darnos infinitas primaveras. Satanás nos engaña con verdades falseadas
por su envidia. Os he dado mucho amor, pero a muy pocos les importa. Venid a mí
con corazón puro y siendo sencillos y humildes.
Por sus elegidos está manteniendo
todavía su misericordia. No hemos sido creados sólo para salvarnos, sino para
reinsertarnos donde debíamos estar. Debo modificar mi conducta porque el Señor
quiere unirse en cada acto a nosotros. Él está dentro de nosotros, si estamos
en gracia. No sólo quiere inhabitar en nosotros, quiere obrar con nosotros.
Saber qué somos y para qué hemos sido creados. Fui creado para que Dios obre
conmigo, para eso me hizo a imagen y semejanza suya. Dios no sabe hacer otra
cosa que amar. Cuando olvidamos qué somos y para qué nos creó, estamos
frustrando el objetivo de Dios. “Sírvete de mis actos, Señor, para que liberes
almas de la condenación”. Tenemos que ser disciplinados, porque tenemos
debilidad en la mente. Somos frágiles.
El triunfo del Corazón de María es el
reino de la Divina Voluntad.
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