Escuchar este testimonio puede ayudarnos a comprender a las personas.
Video sobre
ex homo sexual Mauricio Clark (1 hora y 6 min): Dios me mostró la raíz de mi
homosexualidad
Algunas pinceladas de la conferencia; vale la pena
oírla.
De
la concepción a los 10 años suceden los hechos traumáticos. El Señor me llevó a
las regaderas y me hizo revivir mi pasado. Mi papá, mi figura ideal, se burla del
órgano de su hijo de 3 años de edad. La mente bloquea esos hechos. Allí empezó
un trauma de por vida. Pasó el tiempo. Llegó un prostituto a vivir cerca.
Llevaba 5 días sin parar de drogarse, sin comer ni dormir. El niño preguntó al prostituto
si había comido, contestó que no, y el niño le dio de comer. Luego le comentó:
“Perfecto, Mauricio… Tú, lo que menos necesitas es sexo, lo que necesitas es un
abrazo”. Mauricio lo abrazó, se emocionó y lloró mucho: “El abrazo que esperaba
y que siempre esperé de mi papá, me lo dio ese prostituto”. Y sigue narrando: “Ese prostituto me llevó a la cama, me
tomó de la mano, hasta que me quedé dormido. No me tocó, se fue.” Dios se vale
de todo para hacerse presente.
No soy nada
ni nadie para juzgar, pero sé que pueden bastar 5 min para ponerte en los zapatos
de una persona y comprenderla.
Luego, más
tarde, hablando con mi papá me dijo que, lo que me había dicho a los tres años,
era una broma porque yo era el único circuncidado. Mi padre vio partir a su padre con otra
mujer, sin siquiera tener algo para comer. A los 6 años se iba a barrera a
salones de belleza. Mi papá golpeaba a mi mamá y yo no podía hacer nada. Así,
yo empecé a tener comprensión, comprendió de mis heridas. Hay que pasar por un
proceso de sanación.
Cuando tuve una
relación homosexual, al terminar, llorábamos los dos. Es difícil salir de ello.
Mi proceso de cambio ha sido doloroso. Me metí a la pornografía. Hoy puedo
entender lo que muchos están pasando. “No cambio por nada estar ayudando y
sirviendo a mis hermanos”, dice Mauricio.
Yo
quería decirle a los papás de personas homosexuales: “Dejen ser a sus hijos”.
Le
dije a mi mamá: “Me estoy dando cuenta de que no soy homosexual”. Me dijo mi
mamá: “Bienvenido a casa, sabía que regresarías”.
Durante
20 años mi mamá oró por mí. Me esperó con los brazos abiertos. Ahora les digo a
mis papás que los quiero, y le pido perdón a mi papá. Esperaron a que regresara
a casa. Si tu hijo es gay, ámalo, respétalo y ora por él. Puedes vivir de otro
modo en este mundo, pero necesitas que Jesucristo te abra el corazón. Hay
momentos en que quiero tirar la toalla, la neta.
Lo
peor no es pecar, lo peor es justificar el pecado. Antes me importaba demasiado
lo que dijeran de mí. Si me decían que parecía sudado, iba y me drogaba. Tengo
muchas imperfecciones, defectos, pero sigo a Cristo. No soy perfecto. No es
fácil llegar al Cielo. Deseo que nadie pase por una situación de drogas porque
es casi el infierno. Hay que saber esperar los tiempos de Dios. Si no hay
cambios de hábitos, el milagro no va a ocurrir.
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