Escuchar este testimonio puede ayudarnos a comprender a las personas.

 


https://youtu.be/8tT3tmg8M20

Video sobre ex homo sexual Mauricio Clark  (1 hora y 6 min): Dios me mostró la raíz de mi homosexualidad

Algunas pinceladas de la conferencia; vale la pena oírla.

De la concepción a los 10 años suceden los hechos traumáticos. El Señor me llevó a las regaderas y me hizo revivir mi pasado. Mi papá, mi figura ideal, se burla del órgano de su hijo de 3 años de edad. La mente bloquea esos hechos. Allí empezó un trauma de por vida. Pasó el tiempo. Llegó un prostituto a vivir cerca. Llevaba 5 días sin parar de drogarse, sin comer ni dormir. El niño preguntó al prostituto si había comido, contestó que no, y el niño le dio de comer. Luego le comentó: “Perfecto, Mauricio… Tú, lo que menos necesitas es sexo, lo que necesitas es un abrazo”. Mauricio lo abrazó, se emocionó y lloró mucho: “El abrazo que esperaba y que siempre esperé de mi papá, me lo dio ese prostituto”. Y sigue narrando: “Ese prostituto me llevó a la cama, me tomó de la mano, hasta que me quedé dormido. No me tocó, se fue.” Dios se vale de todo para hacerse presente.

No soy nada ni nadie para juzgar, pero sé que pueden bastar 5 min para ponerte en los zapatos de una persona y comprenderla.

Luego, más tarde, hablando con mi papá me dijo que, lo que me había dicho a los tres años, era una broma porque yo era el único circuncidado.  Mi padre vio partir a su padre con otra mujer, sin siquiera tener algo para comer. A los 6 años se iba a barrera a salones de belleza. Mi papá golpeaba a mi mamá y yo no podía hacer nada. Así, yo empecé a tener comprensión, comprendió de mis heridas. Hay que pasar por un proceso de sanación.

Cuando tuve una relación homosexual, al terminar, llorábamos los dos. Es difícil salir de ello. Mi proceso de cambio ha sido doloroso. Me metí a la pornografía. Hoy puedo entender lo que muchos están pasando. “No cambio por nada estar ayudando y sirviendo a mis hermanos”, dice Mauricio.

Yo quería decirle a los papás de personas homosexuales: “Dejen ser a sus hijos”.

Le dije a mi mamá: “Me estoy dando cuenta de que no soy homosexual”. Me dijo mi mamá: “Bienvenido a casa, sabía que regresarías”.

Durante 20 años mi mamá oró por mí. Me esperó con los brazos abiertos. Ahora les digo a mis papás que los quiero, y le pido perdón a mi papá. Esperaron a que regresara a casa. Si tu hijo es gay, ámalo, respétalo y ora por él. Puedes vivir de otro modo en este mundo, pero necesitas que Jesucristo te abra el corazón. Hay momentos en que quiero tirar la toalla, la neta.

Lo peor no es pecar, lo peor es justificar el pecado. Antes me importaba demasiado lo que dijeran de mí. Si me decían que parecía sudado, iba y me drogaba. Tengo muchas imperfecciones, defectos, pero sigo a Cristo. No soy perfecto. No es fácil llegar al Cielo. Deseo que nadie pase por una situación de drogas porque es casi el infierno. Hay que saber esperar los tiempos de Dios. Si no hay cambios de hábitos, el milagro no va a ocurrir.

 

 


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