Profesor ateo muere y vuelve a la vida
El profesor
Howard Storm sintió un fuerte dolor en el estómago, fue llevado al hospital y
ningún médico quería atenderlo. Sintió que su cuerpo se desprendía de él, y
percibió que caminaba millas por un lugar gris y se dirigía a un lugar negro.
Concluyó que no podía estar en el hospital. Luego se sintió amado por Jesús y
perfectamente conocido por Él. Comprendió que Dios le pedía ser comprensivo,
amable y que se interesara por los demás, cosa que nunca había hecho, pues
hasta ahora había buscado sólo el propio beneficio.
Le preguntó
a Jesús:
-
¿Cuál
va a ser mi tarea?
Jesús
contestó:
-
Amar
a las personas que te rodean.
Howard narra
que él no sabía para qué había nacido ni qué sentido tenía vivir. Lo único que
le importaba era tener éxitos académicos y ganar dinero. Después de ese
encuentro comprendió que lo único que realmente deseaba era ser parte de ese “océano
de amor”, y para ello debía vivir lo que San Pablo explica en el Himno de la caridad (1 Cor 13). Estaba
tan entusiasmado con lo que descubrió que empezó a tratar de comunicar su
vivencia, y sufrió una gran decepción, pues nadie lo comprendió. Así que,
aunque él sentía un gran celo por la salvación de las almas, atemperó su
fogosidad. Dice: “Lloré cuando vi que mi esposa no entendía lo que trataba de
explicarle”.
Howard no
distingue la diferencia entre las denominaciones protestantes y la Iglesia
católica. Cuenta: Por más imperfecta que sea la Iglesia que predica el mensaje
de Jesucristo, es lo único que da esperanza
al mundo. La Iglesia es un agente de cambio. En los siglos I y
II d.C., en Roma se abandonaba a los niños no deseados y a los enfermos en las
calles. Los cristianos recogían a esos niños y enfermos y los llevaban a sus
casas y los hacían de su familia, más tarde ellos mismos comenzaron los
hospitales y asilos. Sin el cristianismo estaríamos aun viendo pelear a las
fieras contra los esclavos, o quizás estaríamos aún más deshumanizados.
Continúa su
narración: Una de las razones por las cuales mucha gente no reconoce el amor
que Dios les tiene es porque piensan que no lo merecen, o que Dios no los
aprecia porque tienen pecados o porque no entienden el problema del mal presente
en el mundo.
Yo también
era ignorante del amor de Dios y de su doctrina, pero Dios me dio otra
oportunidad, y ahora soy un mega
millonario de amor.
Fuente en inglés: Atheist
College Professor dies and sees hell.
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