El comunista ruso que se infiltró en la Iglesia dentro de la jerarquía
El jefe del
partido me dijo: Debes ser fiel y casto. Aguantar 6 años en el seminario.
Estudiar la historia de la Iglesia sin pasión. Debes estudiar las cosas y, a la
vez, ir pensando en cómo destruir a la Iglesia. Si eliminamos el miedo,
eliminaremos las religiones.
Cada semana
me escribirás. Tendrás diez personas bajo tus órdenes, no te van a conocer
directamente, siempre seré yo el enlace (le dice el jefe). Tenemos espías en
todo el mundo. Una idea es buena cuando un escritor imbécil la hace suya. ¿Cómo
seguiría en contacto si hay guerra? Era es 1025.
¿Hay 1024
seminaristas que han entrado antes que yo? Así es. ¿Hacen falta tantos? El tipo
sonrió. No quiso satisfacer su curiosidad. Me pidió entrar al seminario de
Polonia. Hay que ocuparse de los siete sacramentos, y ver cuáles se han de
suprimir. Hay que remarcar que la fe puede vivir sin signos exteriores. Hay que
encontrarle otro nombre a la Extremaunción quizás la Unción de enfermos,
incluso darlo cuando no hay enfermedad. Hay que opacar lo que dicen del
infierno y el cielo. La boda por el civil debe ser el único matrimonio.
El tío me
llamó para hablar de la política internacional. El ateísmo es primordial. Yo le
dije: Hay que exaltar el sentimiento religioso, que busquen una iglesia unida.
Hay que mostrar que también hay santos entre los protestantes, musulmanes y
judíos.
LIBRO ES 1025 Memorias de un Antiapóstol
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