El “infierno” de Dante

 


José María Micó, quien hace el prólogo de una de las ediciones de La Divina Comedia, acepta que el “infierno” de Dante tiene una complejidad de personajes y situaciones difíciles de resumir. Nos centraremos en el aspecto poético de esta obra: En un extravío en la selva, en 1300, Dante empieza un viaje que durará una semana. El inicio del primer canto es famosísimo. Dice que no sabe explicar cómo entró allí porque tenía mucho sueño, pero se encontró allí cuando abandonó de la senda verdadera.

Hay una lectura literal, y otra, alegórica. Dante representa, en esta comedia, a la humanidad, al hombre. Ve una luz y se encamina hacia allá, pero se encuentra con tres fieras, que son una alegoría. En ese momento aparece un poeta romano del siglo I a.C., Virgilio, para ayudarle. Dante se alegra y dice que de Virgilio ha aprendido el elevado estilo que le honra; le dice que es “honor y luz de los poetas”. El poema épico, La Eneida, es el modelo para Dante.

En la Edad Media se consideraba a Virgilio el más “cristiano” de los poetas paganos. Dios le permite a Virgilio salir del Limbo para ayudar a Dante, porque así lo ha pedido Beatriz, así que lo acompañará por su recorrido en el Infierno y en el Purgatorio.

Dante es un autor que sabe, desde el principio, lo que quiere escribir. Va llenando unos espacios que previamente ha determinado con una decisión admirable. En el canto III leen esa inscripción que dice: “Perded (o dejad) toda esperanza los que entráis”.

Los nueve círculos del infierno se distribuyen así:

1º Limbo. No bautizados (canto IV)

2º Lujuriosos (canto V)

3º Golosos (canto VI)

4º Avaros y pródigos. Los pródigos desperdician su vida o su hacienda (canto VII)

5º Iracundos y perezosos (canto VIII)

6º Heréticos (canto IX-XI)

7º Violentos (cantos XII-XVII)

8º Fraudulentos (cantos XVIII-XXX)

9º Traidores (cantos XXXII-XXXIV).

Esos son los ocho círculos en que se penan, en el Limbo no se sufre.

Las categorías de los pecados en Dante son: la incontinencia, la violencia y el fraude. Los incontinentes son los del círculo 2 a 5; los violentos, círculos 6 y 7; los fraudulentos, círculo 8; los traidores, círculo 9, tiene cuatro zonas. Ve como el peor pecado el engaño, el fraude, y como máxima bajeza del fraude, la traición.

Al entrar al infierno dice Dante que “un llanto inmenso lo conmueve”.

Dante inventa la palabra “contrapaso”. En un momento del paseo por el infierno vieron a Bertran de Born, quien confiesa haber hecho rivales a un joven rey y a su padre, por eso lleva su cabeza colgando de una mano, agarrada por los pelos, como si fuera un farol, “por eso tiene los sesos lejos de su raíz”, así cumple el contrapaso. Estas imágenes sorprendentes se definen como contrapaso.

El canto V, que es el de los lujuriosos, es uno de los más famosos. Dante avanza por él a gran velocidad; dice que allí están “los que la razón someten al instinto”. Este canto es una pequeña obra maestra dentro de una obra maestra mayor, por la capacidad narrativa de Dante. Hay un torbellino de miles y miles de almas, pero le llama la atención la pareja de Paolo Malatesta y Francesca da Rimini. La historia de esta pareja es que Francesca se casó con el hermano de Paolo, cometen adulterio y el hermano los mata. Estarán juntos por la eternidad. Dante se desmaya de la impresión.

Van avanzando los cantos. En el canto X llegan a la capital del infierno donde se concentran los peores pecados. Según Dante, los herejes son aquellos que creen que el alma muere con el cuerpo.

En el círculo de los violentos Dante visita el Campo de los suicidas. Luego se encuentra los violentos contra Dios o contra la naturaleza. Aparecen también los sodomitas.

A los círculos octavo y noveno dedica Dante gran espacio, casi la mitad de la obra. En el círculo octavo hay diez fosas o bolsas. En el canto XIX trata de los simoníacos, y allí pone a casi todos los Papas de su tiempo. Es un canto simpático. En el círculo noveno el lugar más terrible del infierno es un lago helado; los seres de allí lloran y las lágrimas se les hielan.

José María Micó explica que Dante no descuida los detalles, pero deja un margen a nuestra imaginación. En el vértice del infierno está Lucifer, con tres cabezas y en cada una de sus bocas está machacando a un traidor: Bruto, Casio –los que traicionaron a César- y Judas.

La Divina Comedia es teología en poesía.

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