Hábitos que hacen felices a las personas
Uno
se pregunta ¿qué hacen las personas felices para ser felices?
Los expertos dicen que esto tiene mucho que ver con la
inteligencia emocional. Hay que
percibir, comprender y asimilar las emociones propias y ajenas.
La inteligencia emocional tiene cinco competencias
principales:
1. Conocimiento de las propias emociones. Tener
conciencia de uno mismo y de lo que sentimos.
2. La capacidad de controlar y modular las emociones.
Tener autodominio ante lo que nos puede provocar rabia o enojo. Saber que
respirar con hondura ayuda a la salud física y mental. Anotar en la noche tres
cosas buenas de ese día.
3. Capacidad de motivarse a uno mismo. El propio
conocimiento llevar a saber qué nos motiva: las amistades, el amor a la
familia, la ayuda a los desprotegidos, el arte, la astronomía, el deporte,
algún hobbie, alguna especialización, algunas lecturas o música selecta, etc.
4. El reconocimiento de las emociones ajenas o
empatía. Detectar los sentimientos ajenos a través de gestos, palabras,
escritos o intuiciones. Cuando amamos a una persona es más fácil detectar sus
emociones.
5. El control de las relaciones. Lograr un equilibrio
en la dedicación de nuestro tiempo: a Dios, a la familia, a las amistades, a
los demás, al trabajo, a uno mismo, etc.
Las personas que entrenan diariamente su inteligencia
emocional desarrollan hábitos sanos que les permiten ser más felices.
Las personas con altas habilidades emocionales:
a) son curiosas,
con una curiosidad sana; se preguntan el “por qué” de muchas cosas y procuran
aprender de las diversas circunstancias de la vida;
b) no sacan
conclusiones precipitadas, saben valorar, sopesar, discernir antes de hacer
decisiones;
c) reconocer las emociones como mensajeras, amigas o enemigas, para abordar los problemas;
d) entienden el peso
de una palabra animante o hiriente; por ello, evitan decir malas palabras o
criticar negativamente a una persona enfrente de otros sujetos;
e) conocen el verdadero significado de la ira y sus peligros. Comprenden que para juzgar
algo necesitan tener armonía interior; la ira no es mala, pero hay que
canalizarla y gestionarla; y muchas veces se canaliza con el ejercicio o la
caminata;
f) experimentan un deseo profundo de ayudar a otros porque comprenden que un acto de
bondad puede transformar el día o la semana de una persona. La simple
amabilidad hace que otros comprendan su grandeza y dignidad;
g) la empatía
hacia uno mismo es tan importante como la que practicamos con los demás. La
persona se pone a sí misma límites de tiempo, de espacio, de consumo, etc.
Cuida de su salud física y espiritual. La persona madura se siente bien consigo
misma, se acepta y vive de acuerdo con la ley natural y con la Ley divina.
Una persona
madura ya ha conquistado estas habilidades, al menos en parte.
Comentarios
Publicar un comentario