Opus Dei: miniserie 4 capítulos
Últimamente han aparecido en los medios muchas noticias sobre la Obra, con apresuramiento y superficialidad.
Miniserie de Exaudi
Catholic News
1. Carisma e
institución del Opus Dei.
El 2 de octubre nP recibió la iluminación sobre la Obra.
Ese día, el Señor fundó la Obra. Desde ese día tuvo conciencia de estar en el
mundo para realizar ese encargo y para encarnar en su vida ese camino de
santificación. ¿En qué consistió esa iluminación? En el mensaje y en los
medios. En dos cosas, en 1er lugar, el mensaje: la llamada universal a
la santidad, los primeros cristianos se llamaban santos. Aún estamos lejos de
asimilar la vocación general (St) y la vocación específica. Cada uno está
llamado a crecer en el proyecto que Dios tiene para cada uno desde la
eternidad. La entrega a Dios radica en la caridad plenamente vivida. Respecto a
los medios, santificarse y santificar las realidades seculares. Nadie
agota la identificación con Cristo. De allí surgen las diversas vocaciones
específicas: una concreción de la vocación.
La vocación a la Obra es una vocación específica de
carácter secular. Se trata de ser otros cristos, y con la gracia, esto se puede
lograr en todas las circunstancias. Las realidades humanas reciben la
purificación de Cristo.
El carisma del Opus Dei es una concreción de la vocación
bautismal a la identificación con Cristo, a través de las realidades seculares.
2. Una institución
necesita un lugar en el Derecho de la Iglesia. El itinerario jurídico duró
55 años. No había una norma adecuada.
Vocación específica + Derecho = institución.
La Obra venía, no sólo a renovar la espiritualidad
laical, sino el Derecho de la Iglesia.
1941 Pía Unión
1943 Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.
1947-49 Configuración de régimen universal: Instituto
secular.
1982 Bula Ut sit.
Prelatura personal.
Todos dependen del prelado para la actividad pastoral.
Carisma + Derecho = camino de santificación.
3. Teología:
Hay dos modos de entender las prelaturas personales, y aquí está el quid:
como estructuras pastorales personales y como asociación de sacerdotes (en
este caso el prelado es un moderador). Juan Pablo II y la Congregación de
Obispos la entendieron como la primera. Esto requiere mayor diálogo. Es
manifestación de viejas divergencias teológicas: la Iglesia se puede organizar
para atender territorios u otras necesidades personales. ¿Se puede hablar de
una vocación divina que no lleve consigo los tres consejos evangélicos? Hay dos
modos de ver esto diciendo sí o no.
Hay un desafío de evangelizar un mundo postcristiano.
4. Esperanza:
Los dones y la vocación de Dios son irrevocables. Para ello ver dos virtudes:
Seguridad (virtud de la piedad)
Discernimiento (virtud de la prudencia).
La Obra no es una empresa humana. La Obra es de Dios.
La virtud que más impresiona a Dios es la esperanza, como
se ve en el caso de Abraham. También en el caso de cuando Nabucodonosor dirigió
su ejército contra Jerusalén y se llevó al pueblo (s. VI a.C.).
La esperanza mira al futuro a la vez que discierne el
presente. Es la hermana pequeña que lleva de la mano a la fe y a la caridad.
Libro: Eloy Leclerq, Sabiduría
de un pobre.
La Obra de Dios no la ha imaginado un hombre.
“Esperar es volar”, dice San Buenaventura.
El Papa espera que la Obra sea más carismática y más
sencilla.
Ser
más carismática: la vivencia hace unas formas de ser y de
hacer. Hay que discernir qué pertenece al carisma y qué no. Confiar en las
personas y su creatividad. Dialogar con el mundo al que ha venido a traer una
luz.
Libro Luigino Bruni, La
destrucción creadora.
Hay muchas decisiones que han de ser prudenciales. Evitar
la rigidez, la actitud voluntarista. No desnaturalizar lo vocacional en
asociativo.
Para revitalizar el carisma podemos fomentar:
- la espontaneidad en la vida interior y en el apostolado
- practicar una espiritualidad secular.
- cariño verdadero al próximo y al necesitado.
- amar a Cristo a través del matrimonio y la familia.
- amar este mundo postmoderno que nos ha tocado vivir.
- adquirir los sentimientos de Cristo respecto a la
pobreza y a las riquezas, sin limitarse a reproducir cierto estilo de vida.
- a ser personas de criterio, no que cumplen muchos
criterios.
2. Llamada a la Obra a ser más sencilla desde el
punto de vista organizativo.
Armonizar el carisma con la norma. La Obra es una
organización desorganizada. Si se le da un lugar secundario a los laicos, nos
atrasaríamos a la aprobación de 1947. Si se identifica prelatura con asociación
clerical, la Obra dejaría de ser prelatura y, a lo mejor, habría que buscar una
nueva figura jurídica para la Obra
que contuviera los siguientes caracteres:
-de contenido vocacional, no asociativo
-secular (integrada fundamentalmente por laicos), con
capacidad de incardinar sacerdotes
-de ámbito universal bajo un Prelado.
Wynfried Aymans –cabeza de la escuela canonística de
Munich- (al principio no aceptó bien la prelatura personal, pero luego la
entendió, sobre todo si se basa en el carisma, como dice el Papa) dice: “El
carisma es una aportación sustantiva a la forma histórica del Evangelio, en
relación con lo institucional, que demanda una exigencia de acogida en lo
específico por parte de la jerarquía de la Iglesia”.
En 1982, estaba don Álvaro en Cavabianca, esperando que
el Papa hiciera de un momento a otro una llamada para avisar que iba a hacer
pública la noticia de que la Obra sería erigida como Prelatura personal; llamó
el 23 de agosto. Don Álvaro se acordó que en ese día, en 1971 el Fundador de la
Obra escribió esta jaculatoria: “Vayamos con alegría al Trono de la Gloria para
alcanzar misericordia”.
Parte 1 https://youtu.be/0EkGDUGA2ZI
Parte 2 https://youtu.be/Nk98FUVpEnE
Parte 3 https://youtu.be/MAk91wt5A4M
Parte 4 https://youtu.be/6ezp-VRNWmM
Últimamente han aparecido en los medios muchas noticias
sobre la Obra, con apresuramiento y superficialidad.
Miniserie de Exaudi
Catholic News
1. Carisma e
institución del Opus Dei.
El 2 de octubre nP recibió la iluminación sobre la Obra.
Ese día, el Señor fundó la Obra. Desde ese día tuvo conciencia de estar en el
mundo para realizar ese encargo y para encarnar en su vida ese camino de
santificación. ¿En qué consistió esa iluminación? En el mensaje y en los
medios. En dos cosas, en 1er lugar, el mensaje: la llamada universal a
la santidad, los primeros cristianos se llamaban santos. Aún estamos lejos de
asimilar la vocación general (St) y la vocación específica. Cada uno está
llamado a crecer en el proyecto que Dios tiene para cada uno desde la
eternidad. La entrega a Dios radica en la caridad plenamente vivida. Respecto a
los medios, santificarse y santificar las realidades seculares. Nadie
agota la identificación con Cristo. De allí surgen las diversas vocaciones
específicas: una concreción de la vocación.
La vocación a la Obra es una vocación específica de
carácter secular. Se trata de ser otros cristos, y con la gracia, esto se puede
lograr en todas las circunstancias. Las realidades humanas reciben la
purificación de Cristo.
El carisma del Opus Dei es una concreción de la vocación
bautismal a la identificación con Cristo, a través de las realidades seculares.
2. Una institución
necesita un lugar en el Derecho de la Iglesia. El itinerario jurídico duró
55 años. No había una norma adecuada.
Vocación específica + Derecho = institución.
La Obra venía, no sólo a renovar la espiritualidad
laical, sino el Derecho de la Iglesia.
1941 Pía Unión
1943 Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.
1947-49 Configuración de régimen universal: Instituto
secular.
1982 Bula Ut sit.
Prelatura personal.
Todos dependen del prelado para la actividad pastoral.
Carisma + Derecho = camino de santificación.
3. Teología:
Hay dos modos de entender las prelaturas personales, y aquí está el quid:
como estructuras pastorales personales y como asociación de sacerdotes (en
este caso el prelado es un moderador). Juan Pablo II y la Congregación de
Obispos la entendieron como la primera. Esto requiere mayor diálogo. Es
manifestación de viejas divergencias teológicas: la Iglesia se puede organizar
para atender territorios u otras necesidades personales. ¿Se puede hablar de
una vocación divina que no lleve consigo los tres consejos evangélicos? Hay dos
modos de ver esto diciendo sí o no.
Hay un desafío de evangelizar un mundo postcristiano.
4. Esperanza:
Los dones y la vocación de Dios son irrevocables. Para ello ver dos virtudes:
Seguridad (virtud de la piedad)
Discernimiento (virtud de la prudencia).
La Obra no es una empresa humana. La Obra es de Dios.
La virtud que más impresiona a Dios es la esperanza, como
se ve en el caso de Abraham. También en el caso de cuando Nabucodonosor dirigió
su ejército contra Jerusalén y se llevó al pueblo (s. VI a.C.).
La esperanza mira al futuro a la vez que discierne el
presente. Es la hermana pequeña que lleva de la mano a la fe y a la caridad.
Libro: Eloy Leclerq, Sabiduría
de un pobre.
La Obra de Dios no la ha imaginado un hombre.
“Esperar es volar”, dice San Buenaventura.
El Papa espera que la Obra sea más carismática y más
sencilla.
Ser
más carismática: la vivencia hace unas formas de ser y de
hacer. Hay que discernir qué pertenece al carisma y qué no. Confiar en las
personas y su creatividad. Dialogar con el mundo al que ha venido a traer una
luz.
Libro Luigino Bruni, La
destrucción creadora.
Hay muchas decisiones que han de ser prudenciales. Evitar
la rigidez, la actitud voluntarista. No desnaturalizar lo vocacional en
asociativo.
Para revitalizar el carisma podemos fomentar:
- la espontaneidad en la vida interior y en el apostolado
- practicar una espiritualidad secular.
- cariño verdadero al próximo y al necesitado.
- amar a Cristo a través del matrimonio y la familia.
- amar este mundo postmoderno que nos ha tocado vivir.
- adquirir los sentimientos de Cristo respecto a la
pobreza y a las riquezas, sin limitarse a reproducir cierto estilo de vida.
- a ser personas de criterio, no que cumplen muchos
criterios.
2. Llamada a la Obra a ser más sencilla desde el
punto de vista organizativo.
Armonizar el carisma con la norma. La Obra es una
organización desorganizada. Si se le da un lugar secundario a los laicos, nos
atrasaríamos a la aprobación de 1947. Si se identifica prelatura con asociación
clerical, la Obra dejaría de ser prelatura y, a lo mejor, habría que buscar una
nueva figura jurídica para la Obra
que contuviera los siguientes caracteres:
-de contenido vocacional, no asociativo
-secular (integrada fundamentalmente por laicos), con
capacidad de incardinar sacerdotes
-de ámbito universal bajo un Prelado.
Wynfried Aymans –cabeza de la escuela canonística de
Munich- (al principio no aceptó bien la prelatura personal, pero luego la
entendió, sobre todo si se basa en el carisma, como dice el Papa) dice: “El
carisma es una aportación sustantiva a la forma histórica del Evangelio, en
relación con lo institucional, que demanda una exigencia de acogida en lo
específico por parte de la jerarquía de la Iglesia”.
En 1982, estaba don Álvaro en Cavabianca, esperando que
el Papa hiciera de un momento a otro una llamada para avisar que iba a hacer
pública la noticia de que la Obra sería erigida como Prelatura personal; llamó
el 23 de agosto. Don Álvaro se acordó que en ese día, en 1971 el Fundador de la
Obra escribió esta jaculatoria: “Vayamos con alegría al Trono de la Gloria para
alcanzar misericordia”.
Parte 1 https://youtu.be/0EkGDUGA2ZI
Parte 2 https://youtu.be/Nk98FUVpEnE
Parte 3 https://youtu.be/MAk91wt5A4M
Parte 4 https://youtu.be/6ezp-VRNWmM
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