Cicerón, el filósofo que amaba la política

 


En Roma no había educación pública, su padre consiguió que entrara en una escuela de pocos alumnos donde se impartía retórica y filosofía. Cicerón fue un filósofo ecléctico. También estudio Derecho y complementó su educación con un viaje de varias semanas a Grecia y Asia Menor. Esto lo hizo un intelectual polifacético.

Francisco Pina Polo, experto en el tema, dice que Cicerón no fue un filósofo original. Hizo traducciones de escritos griegos al latín, que dio difusión a la cultura. Tocó muchos campos de interés, como la amistad, la ancianidad, el bien y el mal, etc.

Su amigo Ático es un personaje clave para conocer su época, ya que Cicerón tuvo mucha correspondencia con él, incluso diariamente. Cuando escribe sobre la amistad seguramente pensaba en Ático. Algunas de sus frases dicen: ¿Qué más dulce que te atrevas a hablar con alguien como si fueras tú mismo? La amistad nunca es molesta. En la amistad nada es fingido. Cualquier cosa que haya es verdadera y voluntaria. No sigue la amistad a la utilidad, sino la utilidad a la amistad. Hay que pedir lo honesto y justo. Es propio de la amistad amonestar y ser amonestado. La amistad es el don más extraordinario que nos han legado los dioses, porque la vida sin amistad es nada.

La religión romana es cívica, nacional, aunque absorbe dioses griegos. Existía un panteón original. El concepto importante era “la paz con los dioses”. Creían que, si los dioses estaban con ellos, iban a mantener sus victorias y su expansión. Cicerón ve a la religión romana como utilitarista. Dice que todos los hombres creen en una divinidad, es una ley de la naturaleza. Si los dioses se desentienden de todo, ¿qué sentido tiene la piedad?, ¿qué caso tiene el culto? Pero este imperio tan grande es inexplicable sin ellos. Hemos superado a todos los pueblos en el sentimiento religioso. Cicerón fue designado augur de por vida, sacerdote que encuentra señales divinas y las interpreta. Tienen una obra de la adivinación en la que mete la razón en todo lo que sucede.

Sobre la muerte y la inmortalidad, Cicerón quiere el paso a la posteridad. Sugiere habituarnos a morir para remontar el vuelo a lo alto, a la inmortalidad. La vida es breve y la posteridad le concierne a quien ha vivido la virtud perfecta (que para él es la vida pública). Quiere un lugar en la historia.

En sus obras políticas se ve que es un liberal, trata de los deberes del ciudadano frente a su comunidad. Defendió siempre la propiedad privada. La justicia desaparece cuando se le arrebatan sus bienes, para darlo a quien no ha poseído cosa alguna. El vicio más repugnante es la avaricia, enriquecerse con un puesto público es vergonzoso e impío contra la patria y sacrílego contra los dioses.

Cicerón destacó por su elocuencia. En tres ámbitos podía ejercer la elocuencia: los tribunales, el senado y la asamblea popular. Los juicios eran públicos, los discursos van dirigidos al jurado. En ellos contaba mucho la pericia del orador. El senado se reunía en la curia o en algún templo, eran sesiones cerradas, que se acababan con una votación. Las asambleas populares eran los comicios (se votaba, pero no se hablaba), en las contiones, no eran asambleas para decidir o votar.

Las catilinarias lo han hecho famoso. Son varios discursos en los que retrató de la manera más abyecta a Catilina; muestra la cara más perversa de Catilina. El objetivo de Cicerón con las catilinarias es crear miedo. El que más miedo tiene es el que menos posee. Tenemos otras fuentes, como Salustio –historiador romano-, que lo confirman. Catilina muere en la batalla de Pistoya (año 62 a.C.).

En los meses finales de su vida hizo una campaña política contra Marco Antonio, que iba en camino a ser un tirano como César. Hizo las filípicas, con el objetivo de convertir en enemigo público (hostis publicus) a Marco Antonio; sin embargo, no lo consiguió, fracasó.

La creación del triunvirato significó la muerte de Cicerón, con sus filípicas firmó su sentencia de muerte. Si miramos con perspectiva histórica, vemos que Cicerón terminó por vencer a sus adversarios porque consiguió lo que quería desde era niño, se ha convertido en uno de los oradores más grandes de la humanidad.


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