Tiberio emperador

 


Eva Tobalina, profesora de Historia Antigua, nos brinda unos rasgos de la vida de este emperador que para nos tiene importancia, sobre todo, porque Jesús de Nazaret fue su súbdito. Tiberio aparece en varios pasajes del Nuevo Testamento (dar al César lo que es del César…). El Mar de Galilea se llama también Mar de Tiberíades, nombre dado por Herodes Antipas en honor al emperador romano.

Tiberio (14-37 d.C.) es el emperador que siguió a Augusto. Fue un emperador profundamente impopular entre la plebe romana, y más impopular que Calígula y Nerón. En los últimos años de su vida no se atrevía a regresar a Roma por miedo a la reacción adversa de los ciudadanos de la urbe.

Fue un emperador respetable, siguió el legado de Augusto. Llevó a cabo campañas militares, que casi en todos los casos, fueron exitosas. Y fue impopular a pesar de que él sacrificó sus propias ideas y su bienestar por cumplir con las obligaciones de su cargo imperial.

Tiberio nació en Roma en el año 42 en el seno de una familia de rancio abolengo de la República Romana, la Gens Claudia. Se le consideraba la familia más noble entre los nobles. Esa familia se distinguía desde el siglo VI a.C., porque sus miembros habían sido fieles servidores del Estado; pero también se distinguía por el orgullo y la arrogancia de sus miembros.

Cuando Tiberio tenía 9 años muere su padre y el niño fue capaz de decir el discurso fúnebre. Su madre Livia se vuelve a casar, pero deja a su esposo por Octaviano, emperador. Con Octaviano no tuvo hijos. Octaviano adopta a los hijos de Livia, Trajano y Druso. Octaviano comenzó la construcción del imperio que debía gobernarse por una única persona –desmorona la República-, y se planteó por primera vez el problema de la sucesión. Él tenía una sola hija, Julia la mayor, casada, y Augusto tenía un sobrino, Cayo Claudio Marcelo, hijo de Octavia, la hermana de Augusto, que era un adolescente de muy buen carácter, y sobre éste recayó la sucesión.

Tiberio recibió una esmerada educación, su principal maestro fue un hombre cultísimo llamado Mesala Corvino. Tiberio tuvo una gran afición por la poesía y la escultura. Su primer contacto con la milicia la tuvo en el año 25 a.C., en Hispania, en las Guerras Cántabras. Marcelo y él fueron tribunos en esa batalla. No les fue muy bien. A su regreso a Tiberio se le dieron cargos administrativos, se encargó de comprar y surtir gratuitamente de cereales a la ciudad, también fue inspector de las cárceles subterráneas (ergástulas), donde se custodiaba a los esclavos fugados y a los peores criminales.

El año 23 a.C., en la flor de la vida, falleció Claudio Marcelo, el hombre elegido por Augusto para sucederle; el segundo para sucederle era su yerno, el esposo de su hija Julia, M. Vispasiano Agripa.

El año 23 a.C., Tiberio recibió el encargo de tomar una legión y recuperar la lealtad del reino de Armenia. En este momento Tiberio tenía 20 años, y la misión fue un completo éxito. Coincidiendo con su regreso triunfante de Armenia, Tiberio contrajo matrimonio con Vispania, hija de Vispanio Agripa, la mano derecha de Augusto. Aunque fue un matrimonio arreglado, los dos se amaban y fue un matrimonio muy feliz. El 14 a.C. nació su hijo Druso “el Menor”, le pone el nombre de su hermano pequeño porque estaba muy unido a él.

A los 30 años Tiberio se revela como un extraordinario comandante. Marco Vispanio Agripa fue a una batalla a los 51 años, se puso malo y muere. Julia tenía cinco hijos de Agripa. Augusto se preocupa de que sus sobrinos no tuvieran un padre. El año 12 a.C., se decidió que Tiberio tenía que divorciarse de su esposa y casarse con Julia. Del disgusto Vispania perdió un hijo. Contra su voluntad, Tiberio se divorcia y se casa con Julia, aunque no le agradaba Julia, pero era orden de Augusto, así Tiberio fue padre adoptivo de los nietos del emperador.

Tiberio había sido partidario de la República, y Augusto la desmontaba para crear el Imperio. En esto no coincidían, aunque Tiberio era dócil ante Augusto, así que Tiberio fue relegado. El año 6 a.C., a los 33 años, Tiberio decidió, contra viento y marea, retirarse para descansar de la fatiga. Se montó en un barco y se marchó para no hacerles sombra a los nietos de Augusto: Cayo César y Julio César, sus hijastros.

Tal vez también se marchó porque se llevaba muy mal con Julia. Tuvieron un hijo y  murió, y eso fue la gota que derramó el vaso. Además, Julia tenía un comportamiento inadecuado. Otros historiadores apuntan al hecho de que Tiberio había mostrado probada capacidad, había sacrificado su matrimonio, y, sin embargo, fue relegado varias veces. Se fue a la isla de Rodas, vivió en una casa humilde y se tiró siete años apartado de todo.

Augusto veía que su hija Julia era la primera que incumplía las leyes de su padre ya que era adúltera, así que fue desterrada a una isla. Cuando Tiberio sabe que su mujer había sido desterrada, pidió volver a Roma. Su situación era difícil por su relación con los príncipes que ya eran jóvenes. Tiberio se hace impopular por haberse marchado de Roma; así que le dicen que no se haga muy visible, pero en Roma nunca se sabe lo que va a pasar. Estos dos jóvenes príncipes mueren en menos de dos años, uno en batalla y el otro por enfermedad.

Augusto quería que Germánico lo sucediera, pero era demasiado joven para tomar las riendas del poder. Así que en el año 14 d.C., en su lecho de muerte Augusto dejó a Tiberio investido para darle las prerrogativas como heredero. Tácito escribe sobre el ambiente y dice: Aquellos tiempos fueron muy corrompidos a causa de la adulación. Tiberio sentía tedio ante esas actitudes serviles. Finalmente, respetó las decisiones de Augusto sobre el imperio y perfeccionó su sistema y las formalidades establecidas.

Druso “el Joven”, hijo de Tiberio quedó como único candidato a la sucesión imperial. Estaba casado con Livilla, hermana de Germánico. En este momento, se cruza en la vida del joven Druso, Lucio Elio Sejano, el comandante de la guardia pretoriana. Había gran enemistad entre ambos por el poder. Druso, hijo de Tiberio, muere envenenado, el emperador, fue presa entonces de una profunda misantropía -o aversión al trato con personas-, que le acompañaría el resto de su vida. Decide irse a una villa en Capri, mientras Sejano prepara su asalto al trono.

En el año 31 a.C., Antonia, la viuda de Druso el Mayor, hermano de Tiberio, le escribió una carta advirtiéndole de las maniobras de Sejano. Tiberio hizo un plan para anularlo. Le dijo que lo iba nombrar sucesor, que mandaría una carta al senado, y en esa carta –donde Sejano estaba presente- después de alabarlo, relata sus crímenes y pide se le juzgue, así que le dan pena de muerte.

Todavía se conservan restos de la villa de Tiberio en Capri, en un lugar maravilloso. Mientras, Tiberio dejaba que el trono recayera en uno de los hijos de Germánico, Calígula, al que le siguen Claudio y Nerón.


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