La Revelación de Dios al hombre


 ¿Qué es revelar? Es quitar el “velo”, se me descubre algo que desconozco. ¿Dónde está la Revelación de Dios? En la Biblia. Se llama “Revelación Pública” y es necesario creer lo que dice para salvarse.

Revelación privada es la hecha a Juan Diego, a Bernadette, a los pastorcitos de Fátima, etc. Es la que nos dice hoy, ahora, qué necesitamos (conversión y penitencia), podemos creerla o no.

Dios ha querido revelarse, manifestarse, quitarse el “velo” que nos impedía conocer quién es y cómo es Él. El sale a nuestro encuentro, especialmente con el envío al mundo de su Hijo y con el don del Espíritu Santo. Nos quiere tratar como hijos amados para, después de esta vida, hacernos plenamente felices en el cielo.

Tenemos un deseo natural de alcanzar un conocimiento pleno de Dios, pero no lo podemos hacer sin Su ayuda. Dios se ha revelado como un ser personal y trino. Personal ¿por qué? Porque tiene inteligencia y voluntad. Y trino porque es un solo Dios en tres personas divinas.

Dios quiere que vivamos en amistad con Él, más aún, en comunión con Él, para que pueda participar de sus bienes y de su vida, y que así sea feliz.

Dios no es un ser material y sensible del que podamos tener experiencias. Ciertamente podemos tener algunas certezas a partir de las cosas creadas y de su propio ser, pero estas certezas son limitadas. Por eso, si Dios no saliera de su misterio y revelara su ser, no acertaríamos a saber quién es.

No somos fruto de la casualidad sino de un proyecto de amor de Dios. Nuestra última raíz se encuentra escondida en el misterio de Dios.

La Revelación en la historia de la salvación

La Revelación responde a un plan en el que Dios interviene en la historia de los hombres. Dios toma la iniciativa a través de determinados acontecimientos como la llamada de Abraham o la liberación de los israelitas en Egipto, y ordena esos hechos para que expresen la salvación que desea dar a los hombres.

·         Conocimiento natural (a través de los sentidos)

·         Revelación sobrenatural (requiere de la fe).Con la Revelación Dios nos manifiesta verdades naturales y sobrenaturales.

“Quita lo sobrenatural y no te queda lo natural sino lo antinatural”, decía Chesterton. La fe es la respuesta del hombre a Dios que revela.

Los libros del Antiguo Testamento preparan una revelación profunda: el Dios de la Alianza elige a un pueblo. En cambio, en el Nuevo Testamento la novedad es que Jesús llama a Dios “Padre”, “abbá”.

Ricardo de San Víctor (s XII) escribe: “Para que el amor exista se necesitan dos personas, para que sea perfecto se necesitan tres”.

Tengo una alumna musulmana, Nadia, que dice que somos politeístas porque tenemos tres dioses. El misterio de la Santísima Trinidad, un solo Dios en tres Personas distintas no lo vamos a entender ni en el cielo. Dios es tan grande que no cabe su misterio en nuestra pobre inteligencia. Deo gratias!

¿Cuál fue la misión de Cristo? Fundar la Iglesia. Cristo fundó la Iglesia para que continuara su misión en el mundo y para dar la Buena Nueva. Quiere la colaboración de los hombres que se mueven con la ayuda del Espíritu Santo.

A la invitación que Dios nos hace en la Revelación, ¿cuál es la respuesta del hombre? la fe. La fe no es una mera confianza humana ni es una opinión. La fe es una luz interior que viene de Dios y toca nuestro corazón empujándole a reconocer Su presencia y Su actuación. Por tanto, la fe es algo divino y humano a la vez, es acción divina en el alma y apertura del hombre a esa acción divina: acto de adhesión al Dios que se revela. Para ello ¿qué se necesita? La gracia de Dios y la ayuda del Espíritu Santo (cf. DV, 5).

La fe es un acto de confianza en que se acepta que Cristo es el Señor, que indica con su gracia el camino a la libertad y a la vida. Creer es entregarse con alegría al proyecto que Dios tiene para nosotros, y que conduce a vivir como buenos hijos de Dios. La fe nos hace fiarnos de Dios, como se fio el Patriarca Abraham y como se fio la Virgen María.

Hay un libro titulado El precio a pagar. Narra la conversión de un musulmán. Allí se ve claro lo mencionado.

BIBLIOGRAFÍA CEC 50-133.

¿Qué es revelar? Es quitar el “velo”, se me descubre algo que desconozco. ¿Dónde está la Revelación de Dios? En la Biblia. Se llama “Revelación Pública” y es necesario creer lo que dice para salvarse.

Revelación privada es la hecha a Juan Diego, a Bernadette, a los pastorcitos de Fátima, etc. Es la que nos dice hoy, ahora, qué necesitamos (conversión y penitencia), podemos creerla o no.

Dios ha querido revelarse, manifestarse, quitarse el “velo” que nos impedía conocer quién es y cómo es Él. El sale a nuestro encuentro, especialmente con el envío al mundo de su Hijo y con el don del Espíritu Santo. Nos quiere tratar como hijos amados para, después de esta vida, hacernos plenamente felices en el cielo.

Tenemos un deseo natural de alcanzar un conocimiento pleno de Dios, pero no lo podemos hacer sin Su ayuda. Dios se ha revelado como un ser personal y trino. Personal ¿por qué? Porque tiene inteligencia y voluntad. Y trino porque es un solo Dios en tres personas divinas.

Dios quiere que vivamos en amistad con Él, más aún, en comunión con Él, para que pueda participar de sus bienes y de su vida, y que así sea feliz.

Dios no es un ser material y sensible del que podamos tener experiencias. Ciertamente podemos tener algunas certezas a partir de las cosas creadas y de su propio ser, pero estas certezas son limitadas. Por eso, si Dios no saliera de su misterio y revelara su ser, no acertaríamos a saber quién es.

No somos fruto de la casualidad sino de un proyecto de amor de Dios. Nuestra última raíz se encuentra escondida en el misterio de Dios.

La Revelación en la historia de la salvación

La Revelación responde a un plan en el que Dios interviene en la historia de los hombres. Dios toma la iniciativa a través de determinados acontecimientos como la llamada de Abraham o la liberación de los israelitas en Egipto, y ordena esos hechos para que expresen la salvación que desea dar a los hombres.

·         Conocimiento natural (a través de los sentidos)

·         Revelación sobrenatural (requiere de la fe).Con la Revelación Dios nos manifiesta verdades naturales y sobrenaturales.

“Quita lo sobrenatural y no te queda lo natural sino lo antinatural”, decía Chesterton. La fe es la respuesta del hombre a Dios que revela.

Los libros del Antiguo Testamento preparan una revelación profunda: el Dios de la Alianza elige a un pueblo. En cambio, en el Nuevo Testamento la novedad es que Jesús llama a Dios “Padre”, “abbá”.

Ricardo de San Víctor (s XII) escribe: “Para que el amor exista se necesitan dos personas, para que sea perfecto se necesitan tres”.

Tengo una alumna musulmana, Nadia, que dice que somos politeístas porque tenemos tres dioses. El misterio de la Santísima Trinidad, un solo Dios en tres Personas distintas no lo vamos a entender ni en el cielo. Dios es tan grande que no cabe su misterio en nuestra pobre inteligencia. Deo gratias!

¿Cuál fue la misión de Cristo? Fundar la Iglesia. Cristo fundó la Iglesia para que continuara su misión en el mundo y para dar la Buena Nueva. Quiere la colaboración de los hombres que se mueven con la ayuda del Espíritu Santo.

A la invitación que Dios nos hace en la Revelación, ¿cuál es la respuesta del hombre? la fe. La fe no es una mera confianza humana ni es una opinión. La fe es una luz interior que viene de Dios y toca nuestro corazón empujándole a reconocer Su presencia y Su actuación. Por tanto, la fe es algo divino y humano a la vez, es acción divina en el alma y apertura del hombre a esa acción divina: acto de adhesión al Dios que se revela. Para ello ¿qué se necesita? La gracia de Dios y la ayuda del Espíritu Santo (cf. DV, 5).

La fe es un acto de confianza en que se acepta que Cristo es el Señor, que indica con su gracia el camino a la libertad y a la vida. Creer es entregarse con alegría al proyecto que Dios tiene para nosotros, y que conduce a vivir como buenos hijos de Dios. La fe nos hace fiarnos de Dios, como se fio el Patriarca Abraham y como se fio la Virgen María.

Hay un libro titulado El precio a pagar. Narra la conversión de un musulmán. Allí se ve claro lo mencionado.

BIBLIOGRAFÍA CEC 50-133.

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