El evolucionismo y la certeza científica

 


2ª parte

La evolución en sentido filosófico amplio se define como “una actitud mental ideológica que considera que el universo entero consta solamente de materia en estado de desarrollo, niega la realidad espiritual, y todo lo explica en términos materiales”. Este concepto no se fundamenta ni en un conocimiento experimental ni en una demostración racional. Representa más bien un prejuicio irracional.

Simplemente el conocer la complejidad del ojo humano nos hace ver que existe una Inteligencia ordenadora. ¿Por qué todas las partes del ojo se combinan y evolucionan hacia el mismo fin? Porque hay una Inteligencia que ordena el universo, las estaciones del año y la naturaleza.

Hablando con propiedad, esa teoría que incluye prejuicios se llama “evolucionismo”, más que evolución. Podemos dar nuestro asentimiento a la evolución, en sentido científico, pero no al evolucionismo.

No se puede aceptar el evolucionismo absoluto, es decir, el que afirma que todo procede de la materia y de la nada; pero sí se puede aceptar el evolucionismo relativo (o microevolución), que afirma que Dios ha hecho una creación en evolución. Hay un salto cualitativo entre el alma sensible de los animales y el alma racional del hombre. Hay una intervención divina en la creación del alma racional.

La única “creación en especie” que se menciona en el libro del Génesis es la del hombre, que es el único ser que tiene un alma espiritual e inmortal. El Génesis relata con lenguaje y forma primitiva unos hechos históricos. No describe un proceso científico. No es un libro científico, sino que relata la Historia de la Salvación.

La cuestión acerca del origen del cuerpo humano, a partir de una materia viva preexistente, es una cuestión legítima de inquisición para la ciencia natural. Podemos pensar de descendemos de un primate al que Dios infundió el alma humana, o que Dios nos hizo del barro de la tierra, de materia frágil.

La certeza científica

La divulgación científica es muy interesante y nos instruye para conocer más acerca del universo y de este mundo nuestro, pero a veces no dice todo acerca del grado de certeza que cabe atribuir a cada teoría o conocimiento científico. La ciencia no es un cuerpo estable de conocimientos. La realidad es que la ciencia es cambiante, lo que se sostenía en una etapa, se niega en la siguiente y así sucesivamente. Otras veces se simplifica el abanico de cuestiones complejas para darse a entender.

La ciencia es un proceso dinámico dedicado a una labor de corrección y de evaluación, suposición, imaginación e interpretación. Algunas materias científicas son verdades ciertas, otras son conjeturas razonables, y otras son hipótesis no comprobadas.

La verdad científica no es una verdad absoluta, sino que se trata de un consenso duradero pero que tiene carácter tentativo.

El argumento más convincente de que el hombre no procede del mono es que, si fuera así, los monos se seguirían convirtiendo en hombres, y encontraríamos además monos en un estado de carácter intermedio.

 


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