Evolución es “creación a largo plazo”

 


3ª parte

El campo científico de la evolución es altamente dinámico. Los dibujos que se han ido haciendo de la evolución del hombre, nos presentan una secuencia de individuos en progresiva erección. El criterio para la diferenciación de especies es la incompatibilidad genética, es decir, que el cruzamiento produzca una descendencia estéril o no. Desde la más remota antigüedad el erectus fabricó diversos tipos de útiles y utilizó el fuego: manipuló inteligentemente la naturaleza.

La teoría de la evolución jamás fue demostrada. Del “eslabón perdido” lo único que se supo es que sigue perdido.

Los fósiles han demostrado que somos tan viejos como los monos y posiblemente incluso más viejos. Ya se descartó que el mono sea nuestro antepasado, aunque algunos libros de Ciencias de Primaria lo afirmen así. Adán no fue un gorila, ni Eva un chimpancé. Eran personas inteligentes. La equivocada era la ciencia, no la Biblia.

Por otra parte, la teoría de la evolución, bien entendida, no es ninguna prueba contra la acción creadora de Dios. Evolución no es otra cosa que “creación a largo plazo”. Y este plazo es largo para nosotros, no para el Creador.

¿Tenemos alma?

Si al colega de junto le pica una serpiente venenosa y muere, ya no es él, es su cadáver. ¿Qué le daba vida? El alma. Lo especial y auténtico de él de pronto se separa al morir. ¿Eres idéntico a tu propio cadáver? No. Resta tu cadáver de tu persona y lo que queda es el alma. ¿Qué es lo que en tu cerebro saca la conclusión de que una cosa es “verdadera” y otra “falsa”? el funcionamiento de tu inteligencia y tu libertad de discernir. El materialista cree en el piano, pero no cree en el pianista.

El hombre tiene funciones que van más allá del simple hecho de estar con vida. El cuerpo muerto se descompone, pero eso no significa la anulación de la persona humana. El alma sigue existiendo, pero ya no puede utilizar al cuerpo. Es el pianista que ya no tiene piano. Existe una continuación de la vida después de la muerte. ¿Cómo lo sabemos si nadie ha regresado de allá? Por lo menos Uno ha regresado… y nuestro calendario se rige por Su nacimiento.

¿Es usted pagano?

Pagano es el hombre que no ve el bien supremo en Dios, sino en alguien o algo distinto. ¿Cuál es el supremo bien de nuestra vida? Lo reconocemos porque a él estamos dispuestos a sacrificar lo demás. Muchas personas que se llaman religiosas son en realidad paganas. Es este un punto de reflexión.

Existe un poder superior, ¿el dios nebuloso?

Este dios nebuloso tiene toda clase de nombres: destino, hado, energía, poder… No apetece hablar de él, es “asunto privado”. Existe, pero es irrelevante, lo que nos libera de tener que ocuparnos de esa “nube gaseosa”. No existe ninguna responsabilidad ante él. Nosotros en cambio, recordamos a alguien que dijo: “¿No se venden cinco pájaros por dos ases? Y, sin embargo, ni uno de ellos es olvidado por Dios. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, vosotros valéis mucho más que muchos pájaros” (Lucas 12, 6-8).

Dios no es un “recadero”

Hay gente que le pide cosas a Dios y piensa que Él tiene obligación de dárselas, y no es así. Al Dios de infinita majestad se le trata con respeto y veneración, y se le pide lo que sea con el agregado “si Tú ves que me conviene”. Hay personas que se comportan en forma primitiva y queman el fetiche o al santo si no “sirve”. El Omnipotente sabe bien cuando concede una gracia y cuando la niega. Ante Dios y ante los jefes hay que saber distinguir entre lo que me gusta y lo que necesito.

 

 


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