La verdad sobre Halloween

Javier Luzón, exorcista español, explica que Halloween NO es una decoración. La fiesta de Halloween obedece a la cultura celta; San Patricio exorcizó a Irlanda, no así sucedió con Galicia. El 31 de octubre comienzan los meses fríos y oscuros; para los celtas es el momento más propicio para que los muertos puedan ajustar cuentas, es un planteamiento de terror de los celtas.

No hay que exponer a los niños. No conviene que los hijos se vistan de brujas, muertos o diablos, para mimetizarse, al hacerlo le abren una puerta al enemigo. La gente puede no saber lo que significa vestirse de brujos o demonios, pero deja vulnerable a los niños. Usar la ouija también es abrir una puerta al enemigo, esas personas quedan marcadas; quizás no les haga daño entonces, sino 20 años después.

Cuando uno vive vida cristiana y está en estado de gracia, los demonios no nos pueden hacer nada. La principal puerta que se le abre al demonio es el pecado.

¿Cómo cerrar las puertas al demonio? Esa puerta se cierra abjurando de esos actos de esoterismo. Y más… Hay espíritus de miedo, de culpa, de gula, de adicciones, de trastornos en la alimentación, de ira, de avaricia, de lujuria, de resentimiento, de defección. Están los espíritus de la noche, de Asmodeo (de lujuria, que combate al matrimonio), hay espíritus de desorden, de las sombras, los espíritus malos… Hay que hacer un exorcismo en estos casos. Hay que hacer oración. Si la persona tiene culpa, confesarse.

Las almas errantes son almas que han muerto y no han perdonado, como los niños abortados, tienen que perdonar, sino no pueden descansar. Los niños no nacidos perciben el posible ataque a su persona a través de neurotransmisores y hormonas, y se enrabian con los que han participado en el aborto: la madre que accedió, el padre, el que vendió la pastilla del día siguiente…

Las almas errantes es lo mismo que los fantasmas, personas que han muerto en accidente, en aborto que no ha perdonado. Quieren establecer conexión con los vivos para pedir oración. No hay que hablar con los muertos. Hay que dejar que descansen en paz, no agravarlos, eso es un pecado grave, pues la conexión con ellos se hace a través de los demonios. El Padre Amorth habla de esto.

En 2019 un obispo de Ecuador pidió un curso de exorcismo para los sacerdotes al P. Javier Luzón. En esa diócesis tienen problemas con los colorados, que son chamanes, si el cura no sabe protegerse, le va mal. Les dijo que, en algunos casos, el problema es que la persona asesinada no perdona, entonces Luzón les dice: “Si tu perdonas, quitas poder al demonio”. Esto lo hizo con una niña abortada y al final quiso perdonar.

El Purgatorio tiene muchos estadios. Uno de ellos es el de las almas errantes: han armado muchos líos, han sido abortados, no han perdonado, etc. Los muertos no hablan. No tenemos que tratar de hablar con los muertos, hemos de dejarlos descansar, tenemos que pedir por las almas del purgatorio, y pedirle a ellas que nos ayuden.

Otra cosa: No se pueden retener las cenizas de los muertos en casa porque así no descansan.

Al pedir consejo al Padre Luzón, dijo: Los católicos hemos de ser coherentes. No participar en la fiesta del 31 de octubre. Celebrar el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, y el 2 de noviembre, día de los fieles difuntos. El 82% de la realidad no la vemos (la asistencia de la Virgen, los santos y los Ángeles). Hablar de lo que les debemos a nuestros antepasados. No pasar el huevo al niño, son costumbres animistas. Le hacen daño al bebé que se está gestando.

 

Leer libro: Las seis puertas del enemigo, de Javier Luzón.

 

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