Mujer hermosa en lugar de sexy
El poeta Ramón López Velarde escribió: Suave Patria: tú vales por el río / de las
virtudes de tu mujerío.
Eso quiere decir, puesto en prosa, que México vale por
las virtudes de sus mujeres. Y así dice el dicho, que el nivel de una
civilización es el nivel de sus mujeres: cultural, espiritual, etc. Cundo
explicamos algo lo ponemos al nivel del auditorio; el amor se pone a donde se
le
Hay mujeres que no caen en el orden social, político y
económico, otras mujeres no caen en el hoyo. Otras mujeres se hacen duras
cuando no puede demostrar sus cualidades específicas femeninas como la
amabilidad y la cortesía. Toda mujer nació para ser madre en el sentido físico
o en el espiritual. El hombre es el guardián de la naturaleza pero la mujer es
quien custodia la vida. Si ve un animal herido, le mueve, lo mismo una planta
maltratada. La vida no falla en la vida profesional.
El ley tiene que ver con la exactitud y justicia; la
equidad tiene que ver con las circunstancias que escapan a la ley. La equidad
busca una razón para no ser tan exigentes o estricto en la acción o el deber.
La Catedral de Chatres tiene ventanas magníficas
puestas por una familia, y otras, puestas por otra familia que parece en
batalla con la anterior. La mujer ha de tener la oportunidad de manifestar sus
cualidades de ternura y feminidad, de sabiduría y bien pensar, de
discernimiento y fortaleza.
Una mujer hermosa es una mujer que posee una belleza
que se hace cada vez más definida en el trato, en la conversación y en la
mirada. Su hermosura está en la forma en que camina, en su forma de hablar y se
presentarse. Está en la manera en que
brilla desde dentro hacia afuera. Es su alma y su chispa la que la hace
hermosa. Puede ser la mujer que no notas al principio, que no siempre
sobresale. No se le pone el adjetivo de “sexy”, adjetivo que se usa
frívolamente. “Una mujer que, con su
sola presencia, aligera la pesadumbre de vivir”, como dice el autor del
libro Mujer de rojo sobre fondo gris.
Hay cosas que hacen que la mujer sea hermosa en lugar
de sexy, como que se sabe dar a respetar, que usa un lenguaje elegante, no bajo
o soez. No hay mujer más bella que la que tiene un gran corazón, no hay mujer
más admirable que la que tiene dignidad; no hay mujer más elegante que la que
es una dama. La mujer sabia se conoce y trata de conocer a los demás. Una mujer
es feliz si se sabe valorar y valora a los que la rodean.
Su vestido es no es
un mero tener extrínseco, sino una manera de completar su propia humanidad. Ve
la moda como una síntesis de cuerpo y espíritu; de intimidad y exterioridad.
Entendida así, convierte la apariencia y la fantasía en medios de manifestación
de su espíritu, de manifestar lo bello. La moda y las preferencias de cada
quien son particulares, porque el gusto es una idea indeterminada que cobra
significado sólo en la exposición individual de cada sujeto.
Una mujer valiente es la que tiene convicciones y no
lleva una doble vida. Una mujer que sabe dar y recibir, es equilibrada, y, por
tanto, tiene más capacidad para hacer felices a los demás. El
Papa Francisco dijo una verdad muy grande, “la mujer da armonía y sentido al
mundo”.
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