Ab orto y legislaciones
Las legislaciones nacionales e internacionales
responden a un mismo patrón y pretenden imponerse. Con las leyes de “salud
sexual y reproductiva” se quiere enmascarar el aborto.
Promueven los derechos que no existen para
quitarnos los verdaderos derechos.
El aborto no es una cuestión de
moralidad sexual, sino un tema íntimamente relacionado con los derechos
humanos. Declarar el aborto como un derecho degrada el lenguaje y amenaza la
legitimidad del derecho internacional.
Aristóteles piensa que la
autoridad es por naturaleza benefactora de quienes le están sometidos. En la
medida en que pierda de vista el bien de sus súbditos, que es la razón de su
existencia: habrá perdido su propio sentido.
La mayoría de la gente ignora lo que es
abortar. No conoce los riesgos para la madre, ni el sufrimiento en el proceso
de muerte del hijo. Nadie muestra imágenes y es clave verlas para poder
discernir si es esto lo que queremos para los mexicanos. Necesitamos abrir los
ojos a la verdad sin eufemismos y darnos cuenta de que el vientre materno
podría convertirse en el lugar más peligroso del mundo – en una tumba-, si de
despenaliza el aborto.
El aborto es el abuso infantil más tremendo que existe. El aborto es
un hecho perverso, no una opción o elección entre otras. El aborto ha dejado
más muertos que cualquier guerra o cualquier ataque terrorista. Comparado con
otros procedimientos médicos es uno de los más inseguros. 28 de 36 estudios
sobre casos de cáncer de mama delatan que ese cáncer, en muchos casos, es
debido a abortos inducidos. El aborto es un pecado que perpetúa el mal. La
mentalidad abortista destruye a la mujer y a la familia. Los niños necesitan
familias que los nutran, protejan su inocencia y les den cariño y seguridad.
Mientras la fe permanezca muerta en las almas, jamás podremos quitar de raíz la
inmoralidad sexual y esto contamina la tierra, queda una tierra adecuada para
que crezca y florezca el movimiento abortista.
En Croacia se logró defender el matrimonio como una alianza
entre un hombre y una mujer, en contra del gobierno socialista y los medios de
comunicación. En Francia, los padres de familia protestaron contra el
“matrimonio homosexual” y se les unieron más de mil alcaldes. Una de las causas que causó la ruina de
Roma fue el aborto.
Las discusiones sobre el aborto nos ponen ante el tema del
valor del ser humano. Si hay vidas (las de los embriones y fetos antes de
nacer) que no tienen valor – como las de los embriones-, ¿por qué las demás
vidas sí la tendrían? Es decir, la dignidad de cada uno, ¿depende de los juicios
de otros, con toda la variabilidad que caracteriza tales juicios?
De los distintos males que afectan a la sociedad actual,
ninguno puede ser equiparado con el aborto. El asesinato deliberado de la vida
inocente es un acto particularmente malvado. Ninguna justificación puede
oscurecer esto. Si alguien mata a un hombre de 50 años, en algunos casos se le
da pena de muerte; pero si matan a un niño no nacido no les hacen nada, y al
niño en el vientre materno sufre la pena de muerte ¡sin juicio! Eso es
contradictorio.
Los antiguos se atenían a la ley natural. Cicerón escribe: “Si los derechos se
fundaran en la voluntad de los pueblos, en las decisiones de los príncipes y
las sentencias de los jueces, sería jurídico el robo, jurídico el adulterio,
jurídica la suplantación de testamentos, siempre que tuviera a favor los votos,
o los plácemes de una masa popular”. Y es que “para distinguir la ley buena de la mala, no tenemos más norma que la
naturaleza”, con la que se discierne lo justo y lo injusto. “Pensar que esto depende de la opinión de
cada uno y no de la naturaleza es cosa de locos” (De Legibus I, XVI, 44).
Existe una constante
histórica según la cual un sistema político en crisis multiplica la producción
legislativa y enmaraña las leyes, dice Vittorio Messori. Se multiplican las
palabras y las frases elaboradas, para no afrontar los problemas de fondo. Se
quieren resolver los problemas sociales con la promulgación de leyes. Esto da
lugar a numerosos conflictos. El aborto no previene el embarazo, lo termina
violentamente. Detrás del aborto hay una guerra espiritual que mucho no
alcanzan a ver.
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