Algunas maneras de destruir a nuestros jóvenes


 

A los jóvenes se les destruye de varias maneras:

 

  1. Enviando el mensaje de que a una edad tan temprana como los 13 ó 14 años son libres de mantener relaciones sexuales del tipo que quieran, con quien quieran sin que los padres tengan autoridad legal para intervenir.
  2. La propuesta de aborto a los 15 ó 16 años sin autorización de los padres. Un fardo más encima de las espaldas de las chicas, un factor más favorable al machismo creciente de los muchachos, y un problema añadido a los padres de estas jóvenes. No tendrán edad para fumar, beberse una cerveza, conducir o votar, pero sí podrán embarcarse en el oscuro túnel del aborto.
  3. Tú mantén relaciones sexuales cuanto puedas porque lo único importante es tener el condón puesto. Es así de brutal y así de estúpido, pero así funciona. El resultado es que crecen las enfermedades de contagio sexual entre las adolescentes, que el preservativo por diversas razones falla y que, en casos concretos, como el del virus del papiloma humano, simplemente no sirve. Entonces, la gran solución en una sociedad que se pretende cada vez más ecológica, es meterles la vacuna a las chicas.  No se sabe si la vacunación masiva modificará los patrones de conducta sexuales y alentará la promiscuidad al infundir una falsa seguridad. No saben nada, sí sabemos que producen efectos adversos, y la están aplicando masivamente.
  4. Se fomentan hábitos que mermarán sus capacidades futuras. Los fines de semana insomnes, el uso intenso del alcohol y de determinadas drogas va a generar grupos numerosos de personas que a los 30 o 40 años tendrán serios problemas de salud que limitarán sus capacidades profesionales y de desarrollo personal.
  5. La proletarización de su trabajo. En un modelo laboral como el nuestro, los jóvenes están condenados a engrosar las filas del trabajo precario.
  6. La crisis está enfocando a los gobiernos a utilizar el endeudamiento público como una vía de solución. Con ello estamos sacrificando el futuro de nuestros hijos en beneficio nuestro. Vamos a depositar sobre sus espaldas otra pesada mochilla, la de asumir lo que nos hemos gastado, la solidaridad integeneracional está más olvidada que nunca. Mucho discurso, pero la factura la van a pagar ellos.
  7. Y, para redondearlo, las pensiones. Pronto se darán unas pensiones de miseria que no podrán compensar con planes privados porque su salario no se lo permitirá, y que tampoco podrán esperar del Estado ayudas complementarias porque estará empeñado hasta el tuétano.

Lo que está por escribir es que lo que les vamos a aportar como herencia a los jóvenes va a ser una situación difícil y adversa. Estas generaciones de adultos serán recordadas en un futuro en términos abrumadoramente negativos.

Josep Miró i Ardèvol

 ForumLibertas.com

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